Carlos Bevilacqua, Germán Sasso, Javier Reyes Bonfigli, Martín Ravanesi, Omar Promenzio y Sergio Daich
Facundo Castro:
¿qué se “cocinó” en el asado clandestino del intendente, policías y amigos?
El viernes 7,
violando la prohibición de reuniones sociales, en un vivero municipal de
Villarino, Carlos Bevilacqua (massista de la primera hora) compartió carne y
vino con funcionarios, policías y periodistas de Bahía Blanca. El caso de
Facundo fue tema de conversación.
Daniel Satur, @saturnetroc
Domingo 16 de
agosto | 17.30
Durante la
conferencia de prensa que dieron este domingo (16), a la tarde, Cristina Castro
y sus abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto, en la zona de Cabeza de
Buey (tras las diligencias en torno al esqueleto hallado en uno de los canales
de la ría), la familia de Facundo Astudillo Castro pidió las renuncias del
ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni; y del intendente del partido de
Villarino, Carlos Bevilacqua.
En ese marco,
Castro y Aparicio mencionaron un hecho que ya habían hecho público por sus
redes sociales a mediados de semana pero que no tuvo (o no se quiso que tenga)
la repercusión merecida.
“Quiero decir que
con el tema del Covid-19 es sospechoso que se hayan juntado a comer un asado
(Germán) Sasso, Bevilacqua y toda la gente de la Bonaerense. Consulten si ese
rumor es cierto”.
Como se dijo, el
miércoles (12), Cristina publicó un tuit que puede haber sorprendido a algún
desprevenido, pero para nada a quienes conocen las tramas del poder en el sur
de la provincia de Buenos Aires. Y a la luz de los hechos de las últimas horas,
ese encuentro clandestino cobra un nuevo valor.
Varias fuentes
confirmaron a La Izquierda Diario no sólo la existencia del encuentro
sino también que se hizo en el vivero municipal ubicado en el pueblo de
Argerich y dieron detalles de quiénes fueron algunos de los protagonistas. Por
obvias razones, las identidades de las fuentes se mantienen en reserva.
Carne, vino y
rosca.
“Sí, fue un
asado, el viernes (7 de agosto) al mediodía en el Auditorium del
vivero municipal, que está cerrado al público. Dicen que lo organizó Bevilacqua
y hubo como diez personas”, confesaron en el Municipio de Villarino desde el
entorno de uno de los comensales.
El sitio exacto
fue el Auditorium del vivero, un lugar casi ideal para mantener
reuniones sin testigos.
“Estuvieron
Bevilacqua, Ravanesi, Promenzio, hubo uno o dos de la Policía, Sergio Daich,
Javier Reyes Bonfigli, el periodista Germán Sasso, alguien de La
Nueva y alguien más de la LU2”, agregarían desde Bahía Blanca
allegados a uno de esos periodistas.
El encargado de
asar un costillar y unos pollos habría sido Carlos Torres, empleado municipal
de confianza de Bevilacqua. La carne fue acompañada de buen vino, cuyas cajas
habían llegado poco antes al vivero.
Gran parte de los
comensales integran la corriente interna del peronismo encabezada por el
presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
Anticuarentenas
Cinco días antes
del “asadito”, el domingo 2, Alberto Fernánez había firmado un DNU que prohíbe
“los eventos sociales o familiares en espacios cerrados (...) en todos los
casos y cualquiera sea el número de concurrentes”. El decreto también dice que
“la infracción a esta norma deberá ser denunciada por la autoridad interviniente”,
para definir si se violaron los artículos 205 y 239 del Código Penal.
De nada sirve que
se amparen en su calidad de funcionarios o de “esenciales” (como los
periodistas). Tuvieron un accionar claramente violatorio de una disposición que
ellos deberían ser los primeros en cumplir y no lo hacen, mientras verduguean a
la familia de Facundo cuestionando que el joven se fue de su casa en plena
cuarentena.
Obviamente,
Bevilacqua no se denunciará a sí mismo, ni al presidente del Concejo
Deliberante, ni a periodistas encumbrados ni a autoridades policiales. Por eso
el secreto de la reunión y por eso el lugar elegido.
Pero pese a la
infracción sanitaria, lo más importante es responder a dos preguntas: ¿cuál fue
el motivo de reunirse físicamente en lugar de comunicarse de forma virtual,
como es ya costumbre en tiempos de pandemia?; y ¿qué intercambiaron y qué
maniobras y operaciones resolvieron en torno al caso de Facundo Astudillo
Castro?.
Quién es quién
Es necesario
detallar quiénes son los personajes de los que nos estamos ocupando. Sobre todo
porque en el desarrollo del caso en las próximas semanas, quizás se encuentren
elementos que expliquen mejor el porqué de ese asado clandestino en el vivero
de Argerich.
Carlos Bevilacqua
es intendente de Villarino desde 2015. El primer mandato lo conquistó con su
partido vecinalista Acción por Villarino, ganándole al Frente para la Victoria
de la mano de Sergio Massa y el frente UNA.
Cuatro años
después fue reelecto con su mismo partido, por fuera del Frente de Todos
aunque, apenas reasumido, tendió puentes con Axel Kicillof.
Bevilacqua se
define como “independiente” y formó un “grupo de los seis” con los intendentes
de Necochea, Chivilcoy, San Pedro, Tres Arroyos y Saliquelló. Pero no pierde
oportunidad para elogiar al gobernador bonaerense y a su ministro de Seguridad,
Sergio Berni.
El 6 de mayo,
cuando Facundo llevaba pocos días desaparecido, Bevilacqua se reunió con
Kicillof. Allí, sin que nadie le preguntara, reivindicó al Frente de Todos
tanto por la gestión de la pandemia y por las actuaciones de la Bonaerense en
el territorio que gobierna. Y el 1° de julio, a través de un comunicado, el
“grupo de los seis” respaldó nuevamente a Kicillof, Berni y compañía.
Hace un mes, en TN, le
preguntaron a Bevilacqua por el caso de Facundo Castro, y casi como queriendo
salir del paso dijo que es “como que hubo, de alguna manera, una irregularidad
en una intervención por parte de efectivos policiales”. Probablemente en ese
momento ya sabía al detalle todo el accionar de la Bonaerense desde la mañana
del 30 de abril.
Del asado también
participó, siempre según las fuentes, Omar Promenzio, ladero de Bevilacqua que
lleva años comandando el bloque parlamentario de Acción por Villarino. Desde
2017 preside el Concejo Deliberante.
Hace algunos días
Promenzio fue noticia al responsabilizar públicamente a la concejala Susana
Velásquez de contagiar a muchas personas en el recinto parlamentario comunal
luego de participar de una “olla popular”.
La acusación
causó el repudio de todo el bloque del Frente de Todos, al que pertenece
Velásquez.
Otro de los
comensales fue Martín Ravanesi, el subsecretario de Gobierno de Villarino. Uno
de los funcionario de mayor confianza de Bevilacqua, al punto que sus
declaraciones públicas suelen ser interpretadas como la voz del intendente.
Ravanesi fue
quien le dijo hace algunos días a uno de los abogados de la familia “que
Cristina se quede tranquila” porque desde el municipio serían muy “proactivos”
en el caso. Hasta hace poco la madre de Facundo esperaba una mínima señal del municipio
que la convenciera de que el intendente y sus secuaces no son parte del plan de
encubrimiento. Hoy pide directamente la renuncia del intendente.
Un “todo terreno”
a la mesa
Javier Reyes
Bonfigli es un empresario de Bahía Blanca y fue director de la Agencia de
Energías Renovables de Villarino junto al intendente Bevilacqua. Desde abril
Reyes Bonfigli fue convocado por Axel Kicillof para ser el representante por la
provincia de Buenos Aires ante la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas
(encargada de controlar el funcionamiento de la cuenca compuesta por los ríos
Limay, Neuquén y el Negro).
Massa, Bevilacqua
y Reyes Bonfigli
El economista es
parte de los grupos EnerTek Global y Global Partners Holding. En
el sur bonaerense todo el mundo sabe que Reyes Bonfigli lleva años participando
en una trama de negociados alrededor del desarrollo de las “energías
renovables” junto al intendente Bevilacqua y al mandatario de Bahía Blanca,
Héctor Gay (Juntos por el Cambio).
Uno de los
proyectos más ambiciosos de esa asociación es el parque eólico de Mayor
Buratovich, allí donde a mediados de mayo (por una evidente desidia patronal)
se propagó el Covid-19 en todo el parque y una veintena de trabajadoras y
trabajadores, de Villarino y Bahía Blanca, se contagiaron en pocos días y
llevaron el virus a sus comunidades.
Sergio Daich es
otro personaje muy cercano a Bevilacqua. En 2016 el intendente lo nombró
titular de la Agencia Ambiental, dependiente de la Secretaría de Obras y Servicios
Públicos del municipio. Luego abandonaría el cargo pero no las estrechas
relaciones con el jefe comunal y Acción por Villarino.
Por caso, en los
primeros días de abril, Bevilacqua se lo llevó a Daich a participar de la III
Asamblea Nacional de Intendentes de la Red Argentina de Municipios frente al
Cambio Climático, realizada en Bariloche. Allí Daich dio una conferencia sobre
“la sustentabilidad en proyectos de Adaptación al Cambio Climático y generación
de Empleo Verde en Villarino” y lo hizo en calidad de “referente en políticas
de Adaptación al Cambio Climático”.
Massa, Bevilacqua
y Daich
Mala prensa
Capítulo aparte
merecen los comensales llegados desde Bahía Blanca, empleados privilegiados del
grupo mediático que nuclea a los medios La Brújula, La Nueva
Provincia y la radio LU2. De dos de los asistentes al asado de
Bevilacqua no se pudieron (aún) identificar los nombres. Pero del tercero sí,
nada menos que Germán Sasso, un apasionado desparramador de pescado
podrido, odiador serial de la familia Castro y sus abogados y conspicuo
reproducidor de las versiones del poder económico, político, judicial y
policial.
A les
corresponsales de La Izquierda Diario de Bahía Blanca no les
sorprende la operación sistemática que despliega La Brújula. Desde el
primer momento ese medio (parte del multimedios más grande del sur bonaerense
en manos del empresario Gustavo Elás) sostuvo las hipótesis de Berni y la
Policía Bonaerense en función de desviar la investigación.
Siempre rechazó
la hipótesis de la desaparición forzada y la responsabilidad policial y le dio
aire a información filtrada del expediente ilegalmente, de forma selectiva para
darle aire a la impunidad.
Justamente eso es
lo que este domingo (16) la madre de Facundo y sus abogados denunciaron desde Cabeza
de Buey. Porque fue Sasso uno de los primeros (junto a Sergio Berni) en afirmar
la noche del sábado que al lado del esqueleto hallado entre el barro y el
salitre estaba nada menos que la mochila de Facundo. Sin pruebas, sin datos
precisos y (a la postre) mintiendo, Sasso y compañía se suman día a día a la
campaña contra el joven desaparecido y sus seres queridos. ¿Con qué necesidad?.
No se sabe, aunque seguramente es una necesidad muy cara.
Este medio aún no
pudo confirmar si los policías presentes en el asado del 7 de agosto fueron uno
o dos. Tampoco sus nombres (las fuentes no los saben o prefirieron no decirlos
por miedo).
Tampoco se ha
podido confirmar qué tipo de intercambio tuvieron sobre el caso de Facundo, de
su familia y de los abogados Aparicio y Peretto. Pero se da por descontado que
ése fue el tema central de conversación. Una semana antes de que sonara el
teléfono de Peretto y desde el otro lado se escuchara “doctor, recibimos un
llamado avisando que en Cabeza de Buey hay un cuerpo semienterrado”.
Fuente: La Izquierda Diario (www.laizquierdadiario.com)