El equipo de Milei mide sistemáticamente el humor social para acelerar anuncios, partidas simultáneas de cambios estructurales. Avanza sobre un proyecto gigantesco que escribe desde hace meses, Federico Sturzenegger. Será, probablemente, el anuncio más planificado y con un contenido más desarrollado que hayan hecho hasta ahora. Lo adelantó Adrián Ventura en esta nota que recomiendo. Por ahora, las mediciones le devuelven que la sociedad acompaña, la política parece tentada a no oponerse al mandato de la gente porque atrás de todo, les conviene que alguien haga el trabajo sucio. El sindicalismo juega con estrategias múltiples. El lunes hubo una comida con Luis Barrionuevo como anfitrión. Estaban Rodolfo Daer, algunos empresarios de alta gama y otros líderes gremiales. Todavía no se conocía el detalle del ajuste pero lo preveían. La estrategia es empezar no confrontando. Para eso está Pablo Moyano. Ellos se estaban ocupando más de la continuidad del peronismo. Les gusta Gerardo Martínez, el titular de la UOCRA. Es una elección muy a la moda porque Milei no sólo lo consulta, sino que también lo escucha y está diseñando una reforma laboral basada en sus ideas: seguro de desempleo el próximo año; eliminación de indemnizaciones por la mala registración; modificación del sistema de indemnización; adhesión voluntaria al convenio colectivo. Baja de los impuestos al trabajo; simplificación de la registración laboral, contrataciones y despidos. Los sindicalistas tienen movimientos ambiguos. Es este lapso incierto de tiempo donde se verá si el humor social sigue acompañando, el que definirá la estrategia de casi todos. Hay un informe de la consultora W de Guillermo Olivetto, que ratifica la idea de cambio y de crisis tan fuerte que evita pasarla sin traumas. Pero hay alertas obvias: “No puede ser que seamos siempre nosotros los que nos tenemos que sacrificar por un Estado que no cumple”, responden en los Focus Group de estos días. Por eso el tiempo en el Congreso corre más rápido que en ningún lado. “El voto que tienen hoy, no lo tienen mañana”, decía ayer una diputada opositora que se sorprendía porque esta semana Martín Menem, el nuevo presidente de la Cámara, no había logrado constituir las comisiones. Detrás de eso, está la picardía que le hicieron en la sesión inicial donde, a diferencia de lo que pasó con Villarruel en el Senado (que le ganó una batalla inédita al kirchnerismo), a él lo primerearon con un cambio de reglamento que ni siquiera identificó hasta el día siguiente. Eso lo dejó muy mal parado para la designación de las comisiones y sus autoridades. Falta nada para que lleguen los combos de proyectos de ley que esperan aprobar en el verano. Hay sectores del peronismo que ya están pensando que no hay apuro y que podrían votar algunas sesiones extraordinarias pero hasta el 10 de enero porque después, les tocan vacaciones. |