Villarino sigue esperando ser Patagonia Bonaerense. Un momento que exige masivo reclamo distrital.
Testimonio imperdible.
Testimonio imperdible.
La
ligereza de algunos políticos al hablar supera todo lo creíble… o, dicho de
otro modo, confirma lo que se sabe de antemano.
Una
cosa es lo que se dice, en visitas de “agenda”, en la que algunos legisladores
se presentan casi como “patota”, dicho esto con todo respeto, y otra muy
distinta cuando llega la hora de la verdad.
La
semana anterior, la Cámara Baja de la provincia de Buenos Aires giró a estudio
de comisión (una dilación más, que se suma a las tantas anteriores) la
declaración de Villarino como Patagonia Bonaerense.
Extrañamente,
confluyeron el oficialismo de turno (Cambiemos le llaman) y los diputados del
Frente para la Victoria. ¿Consenso, acaso, en un año electoral?.
Seguramente
que no.
Del
lado de los que eran (¿siguen siéndolo todos?) amarillos, se privilegió, con
fundamentos poco claros, el cumplimiento de órdenes expresas del ejecutivo
(llámese gobernadora Vidal o ministro Lacunza), para no conceder beneficios
(exenciones ingresos brutos, impuesto de sellos e inmobiliario rural) que
Villarino merece largamente por infinidad de razones (geográficas, demográficas
y productivas).
Parecería,
visto un poco desde afuera o no tanto, que todo lo que dejaría de percibirse
afectaría gravemente el presupuesto provincial.
Llama
la atención, por otro lado, la obstinación en ubicar a los distritos de Bahía
Blanca y Coronel Rosales en condiciones similares a las de Villarino, poniéndolos en un pie de igualdad o, lo que
es peor, negándole a uno lo que caprichosamente quieren darle a otros. Casi
como establecer una puja dentro de una misma región, la que “goza” de la
vapuleada ley de desarrollo del sudoeste bonaerense, que no termina de ponerse
en vigencia o en ejecución como realmente se pregona desde hace muchísimo
tiempo.
Aludir,
además, a que se quiere resolver en pocos días lo que lleva décadas de
postergación es otra falta de respeto.
Pasaron casi dos años enteros, poco más
o menos, para no abrevar en archivos, que un error de tipeo (el famoso artículo
4), mandó para atrás una ley (la de la zona austral desfavorable).
Lo
cierto es que sigue pasando el tiempo (se van los gobiernos y los años) y el
derecho real de Villarino Patagonia sigue esperando nuevas instancias; mayores
dilaciones; y prolongadas frustraciones. Pronto, mucho antes de lo imaginable,
algunos tendrán que salir a hacer campaña.
Creemos
que no hay que esperar ese momento. Villarino todo (ejecutivo; HCD; fuerzas
vivas) debe encarar, de una vez por todas, un reclamo conjunto, fuerte, sin
concesiones.
Para
avalar un tanto lo dicho (y seguramente habrá más), nos permitimos tomar una
extenso y valiosísimo testimonio logrado, hace pocas horas, por el equipo
periodístico de Radio Villarino (100.9). Es realmente imperdible…!!!