El
country Los Médanos, emprendimiento familiar en pleno desarrollo.
Hace
años, muchos por cierto, que lo conocemos. Tantos que, a ciencia cierta, se nos
escapa ya de cuántos hablamos.
Recordamos
sí, algunos episodios. Alguna campaña, décadas atrás, buscando solución a un
problema de vieja data que recién ahora parece encontrar una alternativa: el
del agua, que espera, como a cada año, que alguna vez deje de ser una utopía
eso del tantas veces anunciado acueducto desde el río Colorado.

Se
nos presenta la imagen de la Cámara de Comercio e Industria, de la que fue
presidente por varios años. No alcanzamos a definir el porqué, pero alguna vez,
asamblea mediante, estuvimos en la CD de esa entidad, cuando los tiempos eran
muy otros.

Lo
ubicamos, en ligero repaso como “vendedor” de autos (algo muy ligado a su
afición por el deporte mecánico que supo tenerlo como participante, en alguna
categoría que es largamente pasado.
Lo
supimos metido de lleno con los materiales de construcción, a los que se dedicó
en Médanos; también en Mayor Buratovich.
Habría
muchas más cosas por decir.
Alguna
vez, en los ’90, fue concejal. Y tras esa escala previa, llegó a ser, por 6
años (1999 a 2005), el intendente municipal de Villarino.
Después, también, diputado provincial (2005/2009).
Mientras
tanto, fue dando lugar a una ilusión de siempre, para convertirla en realidad.
Así nació el Country Los Médanos, con todo el impulso de quien tenía, como él,
muy en claro cuál era la meta.
Los
años, que van pasando con el incesante avance de las agujas del reloj, fueron
acuñando aquello que ha ido convirtiéndose en un símbolo de turismo lugareño y
regional.
Como
cumpliendo con una “deuda pendiente”, si cabe, estuvimos en ese lugar este
sábado (14).
Buscamos
la compañía de Remo Pasqualini, un amigo común, para llegarnos hasta la altura
del kilómetro 737,5 de la ruta nacional número 22.
Almorzamos
allí, por la hora en que llegamos (las 13), como para que no quedara duda de
que “íbamos” no sólo a visitar el complejo.
En ese momento, la mesa fue
compartida, también, por Elsa Fernández, la “otra mitad” de quien era, obvio,
el inequívoco personaje de un reportaje que duró exactamente 20 minutos.
Al citarla, no podemos olvidar cuántas veces almorzamos las milanesas que ella dejaba preparadas, junto a Sergio y Leo, muy chicos aun.
No
hablamos, salvo un par de preguntas y no mucho más, de política.
Sí,
de algunos pormenores (del pasado) y algunos objetivos (de futuro) de una
empresa eminentemente familiar, como bien lo explicó él mismo en algún momento
de la charla.
Casi
sería suntuario, innecesario o como quiera llamárselo, mencionar de quien y con
quien hablamos. Simplemente, Jorge Simoni, el “Zorro”, de quien nos jactamos en
ser amigos desde una pila de años.
Aquí está el testimonio: