No podía
extrañarnos, sino todo lo contrario.
Pero buscando
otros temas en la internet, este martes (13), dimos con la emisión del acto (de
alguna manera hay que llamarlo) por los 124 años que cumplió Médanos.
La excusa de la
pandemia, el aislamiento y todas las yerbas que van por añadidura (de la mano
del inepto gobierno nacional del momento), le vino una vez más como anillo al
dedo al staff municipal, que sigue creciendo con funcionarios de alto rango (el
ser secretario parece ya algo común).
O sea, sin el
marco de público deseable. Aunque de alguna forma esto pasaría a ser mejor,
porque hay menos gente para que le mientan en vivo y en directo con los
discursos de siempre. Que esta vez, encima, fueron por duplicado, porque
primero lo hizo el secretario de Gobierno, Gonzalo Silva; y más tarde, en el
cierre que tiene reservado para él en todas las ocasiones, el intendente.
Quienes se hayan
ido antes no se perdieron mucho, porque el “lord menor” repitió lo de siempre.
Decir, por caso, que él ha venido a hacer lo que otros no hicieron. Claro, si
algo estaba hecho, ¿a qué hacerlo de vuelta, no?.
Aun así mencionó
la pileta, que no estuvo para este pasado verano (por culpa del Covid19), y que
en una de esas estará para el venidero, aunque pareció dudar en afirmarlo (va
aprendiendo a “dosificar” las mentirillas); anunció cloacas para el postergado
barrio hospital; y dijo del ala calle Mitre, de nuevos consultorios externos,
del nosocomio local.
En ese tópico, y
en otros, volvió a reiterar críticas a predecesores suyos que, esto lo repite
constantemente, “no hicieron nada”, para definir como se debe a los ataques que
reitera desde aquel bochornoso acto de su asunción, en diciembre del 2015,
cuando pegó duro por lo que recibió en ese entonces.
Honestamente, harta
ya con la repetición de sus latiguillos de siempre, porque no suman nada.
En cambio,
divagábamos mientras seguíamos la transmisión oficial, nunca (el menos uno)
responde en sus alocuciones, a los interrogantes que se le formulan; y frente a
los cuales “no da explicaciones que les debe a la ciudadanía distrital”.
Pero, habrá que
coincidir, porque eso también es cierto, que no hay, perceptible al menos, una
oposición que alguna vez haga frente a tanta cosa muy pobre que se proclama por
un lado; o a situaciones de ética que deberían ser contempladas y corregidas en
la medida en que eso sea posible.
No, en el centro
de la escena, que observábamos ayer mientras tuvimos internet (que luego cayó
en una de sus crisis técnicas), aparecía uno de los “figurettis” (no se lo
puede mencionar de otra manera) del staff municipal, duramente cuestionado días
atrás en una “gaffe parlamentaria” que mereció repudio a través de manifiestos
y de expresiones en las redes sociales. Nadie le dijo que, al menos, disimulara
un poco, abstrayéndose de estar, según se veía, en el centro de la cabecera.
¿Qué más decir?.
La que debería ser una “invocación religiosa”, por el cura párroco, fue un
mensaje que leyó Graciela Avanz, en ausencia del sacerdote. Geraldina Reyuk
dijo lo suyo en nombre de los vecinos. Se entregaron reconocimientos; y citamos
en especial los otorgados a Jorge Fischer, profesional de larga trayectoria,
como contador municipal que fue; y como docente; como así a Héctor Barelli,
distinguido por sus largos años en la enseñanza, en la escuela 55 o en la vieja
y muy recordada nacional 89.
Al “lord menor”,
con toda la mala intención que le es propia para manejar sus caprichos, nadie
le recordó, de entre todos los que le acerquen versiones que no siempre se
ajustan a la realidad, que la municipalidad (no él, que dejará ser alguna vez
lo que cree que es pero no es) debería haber sido respetuosa del medio más
antiguo y reconocido del distrito -
DIARIO VILLARINO - que el año pasado
cumplió 50 años y merecía ser distinguido por ese motivo.
Abundar en otras consideraciones no tiene mayor caso. Si el intendente de turno lo sigue siendo es porque unos cuantos (más de 9.000 vecinos) no se animaron a decirle que se vaya. Y dudamos que lo hagan, con un alerta al menos, si en este 2021 hay elecciones.