Algo más: sin actividad en el HCD. ¿Jerarquías
descartables?.
Un decreto de la presidencia – se entiende que basado en las
normas del aislamiento social obligatorio – ha dejado inactivo al Concejo
Deliberante de Villarino.
Por esa razón, no hubo “comisiones”, como correspondía según
lo acordado a principios del período parlamentario 2020, en la jornada de este
miércoles (22).
Tampoco se han observado exteriorizaciones de los ediles (ni
los oficialistas verdes, ni los “opositores”).
Pero eso sí, aunque haya que “tomarlas con pinzas”, porque
es “bocón” de por sí (desde siempre), pero le han estimulado la verborragia, no
deja de llamar la atención que con llamativa ligereza se exprese el jefe de la
bancada verde.
Hasta no hace mucho, Ariel Edgardo Scorolli, que de él se
trata, hablaba desembozadamente, de su tarea como director/delegado de la
Unidad de Gestión de Mayor Buratovich, con más el interinato prolongadísimo en
la dependencia municipal de Teniente Origone. Podía entenderse que lo hiciera.
Sin embargo, en algún momento las cosas cambiaron y hasta se
especuló (así era perceptible en los pasillos) con alguna suerte de “retirada”.
Y nunca se desdeñó la versión, que corría como reguero de pólvora, de aquello que
podía entenderse como una “cuasi intervención” de la delegación, al sólo efecto
(¡hummm!) de la entrega formal a un eventual sucesor.
Las cosas se dilataron y a tal punto que es reciente la
nominación y puesta en funciones del nuevo responsable, que no es otro que Noel José Ortes.
Pero no todo fue tan simple. Scorolli, que hizo uso de
licencia por dos años casi completitos, tiene mandato hasta el 2021, como que fue
electo en el 2017.
De buenas a primeras, en una suerte de no ignorado “trueque”,
de defenestrado como aparecía ( se hablaba de una banca unipersonal, incluso)
pasó a ser (Scorolli) la voz cantante de los verdes en el cuerpo legislativo,
en condición de jefe, a lo que sumó, además, la vicepresidencia segunda.
De allí para adelante, el ex-delegado (dicho sea de paso, se
ha vestido con todos los colores) ha salido a hacerle frente a todo, de punta a
punta. Ánimo no le falta; verborragia, mucho menos.
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Ariel Edgardo Scorolli Jefe del bloque verde |
Lo cierto es que, en las últimas horas – nunca puede saberse
demasiado bien el tiempo real, dado lo vertiginoso de la propagación de dimes y
diretes – el concejal tomó también sobre sí hablar de un caso que ya comentamos:
el desigual horario de funcionamiento de los “servi compras” (o como quiera
llamárselos) de las estaciones de servicio de Pedro Luro y de Hilario Ascasubi.
En un diálogo con la edil Susana Velásquez, del bloque
Frente de Todos, Scorolli apuntó haber dicho al secretario de Gobierno, “que
mandara los inspectores”, a los citados “mini shopping”, para notificarlos, porque eso de los horarios irá para lago, “hasta
la Primavera”.
No se entiende, por mucha voluntad que se ponga: ¿un
concejal le dice al titular de la cartera política (Gonzalo Silva), segundo
indiscutido del ejecutivo, lo que tiene
que hacer?.
Y por extensión: ¿no saben los directores/delegados, qué tienen que hacer?. Uno y otro, haciendo la salvedad, claro está, que el que no está
haciendo lo que debe, es el de Ascasubi.
Realmente, cuesta creer. La cuarentena lleva más de un mes
en vigencia. En un lado, se cumple el horario (Luro); en otro no (Ascasubi).
¿Notificar a esta altura?, cuando hay un perjudicado y un beneficiado. Infracción y posterior multa, por un lado, es
lo que se supone; y además, en todo caso, un corrimiento para que el horario sea
similar en toda la ruta.
Y por las dudas: el intendente, ¿ocupado en qué?.
Interrogante superfluo, seguramente, porque sabemos que, al menos nosotros, no
tendremos respuesta. Ni sobre eso; ni sobre todo lo demás…