Estuvimos, este miércoles (11), como casi siempre (salvo
cuando la pandemia y la cuarentena hicieron de las suyas de la mano del
desgobierno erróneo de la Nación), en el Concejo Deliberante de Villarino.
Una gestión meramente administrativa en planta baja del
palacio municipal y un inusual paso por otro ente estatal en la ciudad
cabecera, hicieron que llegáramos al recinto casualmente a las 10, hora fijada,
en la convocatoria, para inicio de la sesión propiamente dicho.
Observamos que avanzaba la “labor parlamentaria”, o lo que
está entendido por el repaso previo (normalmente entre los jefes de bloques y
la titular del cuerpo, en este caso Susana Veláquez).
Craso error y torpe ilusión, la nuestra, eso de suponer
cierta “normalidad”.
Eran ya las 12.11 cuando tras el llamado “a sus bancas”, se
inició la reunión ordinaria de la jornada. Dos horas largas de demora, matizada
entre mates (gracias, Jorge Alemañy); café y agua (otro gracias).
Entonces, aunque el trámite apareció como “no tan engorroso”,
eran las 13.18 cuando terminó la cosa.
La pregunta viene al caso, por repetida que sea: ¿para qué
eso de “labor”?, porque después sobreviene, ¡siempre!, un tiempo extra, en los
despachos de bancada, con ediles encerrados ¡vaya a saber para qué!, porque
unos están y otros no; y lo que no falta es el andar, cansino, de las agujas
del reloj, que no se detiene.
Que pasen tres horas y fracción, entre lo ficticio y lo
real, pasa a ser demasiado, dicho esto con todo respeto, que los concejales
distan de tener (y es mucho) por quiénes esperan (nosotros, casi en soledad)
trámite ágil y muy claro. Es que encima de las demoras, pocas veces (¿ninguna?)
hay debida ilustración previa sobre que encierra cada asunto puesto sobre el
tapete. Y mucho menos, claro, cuando se ingresan temas “por artículo”, porque
en esa instancia, no se sabe absolutamente nada de lo que están hablando.
Como “remedio”, si cabe, ante desconciertos que nos
incluyen, ofrecemos aquí, a falta de otros indicios, la transmisión oficial de
la sesión.
Hubo 15 ediles presentes; una ausencia, la de Graciela
Almirón, lo que nos sugiere una consulta que no es nueva: ¿para qué se eligen
suplentes?.
Se dio tablas para algunos asuntos – 13.676; 13.683; 13.685;
y 13.678 – que fueron aprobados.
La próxima semana, por el censo del miércoles 18, habrá “comisiones”
el día 19. Y en la siguiente, la sesión será el 26, por el aniversario patrio
del miércoles 25. Dicen que, por los singulares cambios, no está garantizado el
cumplimiento de ningún horario. ¿Será broma?.