![]() |
Bienvenida, en Sala de Situación, al nuevo director delegado en Mayor Buratovich, Gabriel Olivieri |
Ya es ordenanza
el proyecto de plagas y vectores. Sigue el 9 a 7. En las redes piden que
Bevilacqua se vaya. Grave: el intendente habló de narcotráfico, asociándolo con
el tema Facundo, que sólo provoca dolor. El gobierno, que no paga deudas, no es
independiente (depende de otros y está claro). En el “face”, borramos y
bloqueamos (imaginaban otra cosa, giles de cuarta). Nueva cara en “Burato”
(¡suerte!).
No se hacen esperar: ¡bocinazo!,
este sábado (8), en todo
Villarino.
Iniciamos nuestra
clásica columna política con párrafos de la nota del editor que publicamos en
la entrada referida al orden del día que debía considerar, este miércoles (5),
el Honorable Concejo Deliberante de Villarino.
Nos sorprende,
decíamos, “la amplitud del temario que tratará el HCD distrital”.
Mucho más,
agregábamos, “el número de asuntos presentados a consideración por el bloque de
Juntos por el Cambio -Yésica Schaab, Rodolfo Barrios y Mauro Koch-“.
“Parece ser que
han despertado del largo letargo en que los sumió la cuarentena (casi 5
meses)”, consignábamos, añadiendo una pregunta: ¿habrán cobrado la
"dieta" mientras tanto?.
"Tanto
trabajas; tanto te pagamos", debería ser la norma. ¿O no?. Hay muchísima
gente que no tiene opciones y que no cobra. Y hay otros -¿les "suena
acaso"?- a quienes les han cortado, sin ninguna razón, la libertad de
expresión; y, mucho más grave, la libertad de trabajo, citábamos.
Esta referencia
no es casual, decimos ahora, sabiendo ya cómo se votó un asunto que había
provocado, de antemano, una inusual “preocupación”, si cabe, por las
consecuencias que puede acarrear la aprobación, ya concretada, de un dictamen
no poco polémico, que genera intriga y algo más, porque pone sobre el tapete
una “nueva carga” que deberán cumplir “casi todos”, menos los funcionarios de
turno (los verdes), cuyas oficinas no están en el protocolo de desinfección que
los demás (no del estado municipal) sí deberán satisfacer, pagando los
servicios.
Esto que
comentamos “sucede” mientras las redes sociales empiezan a descargar, cuanto
menos, el fastidio de la gente que, lo mantenga o no después, “postea” pidiendo
que se vaya el Lord Menor del municipio.
Está claro,
además, que hay quienes se manifiestan de muy distinta manera, abogando por la
“gobernabilidad”, como si pedirle al intendente que renuncie se convierta en un
mal irreversible. ¿Acaso no hay un sistema de relevo democrático, en vigencia?.
¿Cuál es el
miedo, entonces?. Algunos, “arrepentidos” borraron lo que habían dicho; y hubo
quienes negaron haber visto, como nosotros, el pedido de “que se vaya el
intendente”. Sí, Carlos Bevilacqua.
Y desde aquí,
para que no queden dudas, nos sumamos a ese reclamo. ¿Por qué no?.
No sólo el
caprichoso “menos uno” nos borró del mailing de medios que reciben
cotidianamente información del municipio; y nos quitó la pauta que retribuía
malamente el “mejor servicio de comunicación” del que se ha tenido memoria en
medio siglo, sino que, además, mantiene impaga la última factura de nuestros
servicios periodísticos.
Es la número 050,
del 10 de enero de 2020 (orden de publicidad 5252) que corresponde a la
prestación de difusión brindada en el mes de diciembre de 2019 al HCD, cuyo
presidente –quien se cambió el apellido en el Facebook, por el de
"Promedio” y después se borró– ha adherido a los dictados de su “jefe”; no
se hace cargo de la deuda del cuerpo legislativo; y (valiente él) se sumó a la
censura, borrándonos de pauta y del suministro de la información que hemos
recibido naturalmente por muchos años.
Pero no sería eso
una alternativa prioritaria, aunque cercene la libertad de expresión y de
trabajo que garantiza la Constitución Nacional (que el intendente incumple fiel
a la concepción de creerse dueño de todo Villarino).
Han empezado a
menudear, en las redes, las expresiones de quienes, hartos como nosotros, de la
dictadura democrática municipal, se manifiestan, tibiamente y de a ratos
algunos; y más firmemente otros. Les fastidia, está claro, la actitud observada
desde hace tiempo (¿el pasado 9 de mayo quizás?) por el intendente,
verborrágico al mango y sin poner cuidado alguno en lo que dice.
El tema debatido
en el HCD hace algunas horas (el “parlamento” distrital sesionó entre las 13.30
y las 18 aproximadamente), sancionó la ordenanza de regulación y control de
plagas y vectores, por el ya clásico 9 a 7.
El oficialismo
verde contó con los votos de sus 8 ediles: Promenzio (últimamente “Promedio”),
Scorolli (servidor –alcahuete- de tiempo completo en varias administraciones y
ahora jefe de bloque), Cassataro, Stefanelli, Kunusch, Fornasier, Iriarte y
Veremenchik. Y sumó el de Garayeta (un solo proyecto propio en más de dos años
y medio), desde la bancada unipersonal Juntos Cambiemos Villarino (pavada de
título, porque, ¿creerá acaso que puede cambiar algo que no sea su voto, por el
que accedió a la vicepresidencia primera del HCD?).
La minoría, que
presentó también su dictamen, aun a sabiendas que perdería 7 a 9 la votación,
tuvo las 7 afirmativas para su despacho: Dallavía, Pellejero, Velásquez y
Romero, del Frente de Todos; y Schaab, Koch y Barrios, de Juntos por el Cambio.
Los oficialistas
y su aliada votaron “sin ponerse colorados”, se advirtió (la prensa no tiene
lugar en el recinto) en la transmisión, blanco y negro, que habitualmente, y
esta vez con mejor sonido aunque con no pocas interrupciones, el FdT.
La ordenanza, un
verdadero bochorno por cierto –por el poco sentido de la oportunidad- que el
ejecutivo seguramente reglamentará prestamente, porque urgen las fumigaciones
en pandemia y alguna otra alternativa que tendrá que ver con la prestación de
ese, ahora, “imprescindible servicio”, ya es cosa juzgada. Quien hará ese
trabajito de aquí en más, en bien de la sanidad en Villarino, no se sabe aún.
¿O hará falta decirlo?.
Sobre la sesión de marras pedimos a Ignacio Dallavía que nos dijera cómo fue y esto nos dijo:
Cambiando un
tanto el ángulo, decíamos, líneas atrás, del malestar que genera el mandamás (o
mandamenos) reelecto en octubre pasado cuando habla, por lo general en medios
extra locales, para que se lo escuche menos o nada.
Cuando el tema
fue la desaparición de Facundo (este viernes -7- se cumplirán 100 días de ese
hecho que conmueve a la sociedad de Villarino y de cuanto lugar del país tiene
conocimiento, quien se cree dueño del distrito y por eso habilitado a decir
cualquier cosa, tuvo la desafortunada “ideota” (¿o decimos otro término un poco
más grosero pero real?) de hacer referencia al narcotráfico. ¡Debería dar
cuenta de eso ya!. Y cortamos con ese asunto, porque lo que se ignora; lo que
se comenta; y todo lo demás, ya es hartamente doloroso. Y no conocemos, y esto
es real y por eso no hacemos “policiales”; nos preocupa como a todos; pero
consideramos exigible, a esta altura de la vida y de nuestra añeja profesión
–carnet profesional número 3367- ser prudentes sobre aquello de lo que sólo
sabemos lo que es “vox populi”.
No somos
prudentes –no tenemos porqué y no queremos serlo- a la hora de manejar nuestros
dichos en las redes sociales y al mismo tiempo actuar cuando se trata de
posteos en los que, ignotos o conocidos, tienen interés en menoscabar
expresiones nuestras (algo que les queda muy grande, porque “no les da” ni su
perfil ni su “valentía”).
En buen romance
–hubo una saltimbanqui municipal ya jubilada, después de pasar por cuanta
dependencia hubiere, que pretendió “enjuiciar” nuestros comentarios de años
atrás- respondemos, por privado a aquellos desubicados, que no se animan
después a respondernos; los descartamos de la múltiple cantidad de “amigos” que
nos siguen; y los bloqueamos. Tenemos derecho y lo hacemos, para cortar, de
raíz, con el descaro de quienes no saben (tampoco sabrán más adelante) de qué
se trata. ¡Fuera el puterío!. Y que lo sepan aquel que ya estuvo en uno de
nuestros “cartelitos” y los que pretendan criticarnos sin fundamento. Sí,
periodísticamente, hacemos y decimos “lo que se nos canta”. ¿Entendido?.
Ha llamado la
atención, en el transcurso de lo que va de esta semana, el relevo en la Unidad
de Gestión Municipal de Mayor Buratovich.
Renunció –se
sabe- Noel José Ortés, con muy poco tiempo en el ejercicio de su función. Hubo
lamentos, en las redes, por su alejamiento, desde quienes se manifestaron
satisfechos por su trabajo. Y expusieron, algunos, su beneplácito con el
cuidado que han observado en el cementerio de “Burato”, algo que sensibiliza
profundamente.
Se ignoran,
públicamente, las causas de la dimisión del ahora ex delegado. Hubo quienes
aludieron a la presencia del “camaleón” (todo micro lo lleva bien) Scorolli.
No pocos,
también, saludaron el advenimiento al cargo de Gabriel Oliveri (36), deseándole
éxitos en el desempeño de sus tareas. ¡Suerte! para él, que la va a precisar,
no caben dudas.
Saliendo de lo que es un poco la actualidad de la semana política que virtualmente está terminando este viernes (7), día de San Cayetano, entramos, tangencialmente, en algunos aspectos que tienen que ver, un tanto, con el futuro.
Hemos sabido (las redes sociales son un buen vehículo para tomar conocimiento de lo que no se dice en otros lados), que otra vez intenta volver a la palestra un político que ya ha andado, en nivel nacional, metido en la cosa.
Se trata de López Murphi, alguna vez candidato a presidente de la Nación que andaría por la vuelta. Y he aquí que quien está prendiéndose como referente en Villarino es alguien que tiempo atrás tuvo el descaro de decir que “Serralunga miente en el diario”. Por supuesto que su visión, totalmente distorsionada, quedó sólo en un amago equivocado, porque el quiebre del bloque “puesto malamente en evidencia” terminó convirtiéndose en realidad.
El “aventurado”, especialista en generar internas fallidas y fuera de ámbitos que intentó transitar sin éxito (fue funcionario municipal algunos meses sumando fracasos de gestión), procura encolumnarse ahora en un nuevo espacio. Sin palabras.
De proyecciones a futuro, se sabe (muy poco es cierto) de un movimiento que procura “desembarcar” en Villarino. Lo integraría gente joven (no más allá de los 45 años como tope), por ahora operando desde Bahía Blanca, aunque con raíces en el distrito. Sólo eso.
Por otro lado, silenciosamente, trabaja Integración Vecinalista, con la mirada puesta en el 2021. La pandemia interminable, los mantiene con encuentros distritales virtuales, analizando la perspectiva electoral venidero. Pero con algo que no se ve limitado por el aislamiento y es el sumar, paso a paso, nuevos integrantes en todo el distrito, a sabiendas de la instancia crucial que ofrecerá el próximo cronograma de renovaciones de segundo término, donde no juega una postulación personal sino los cambios en los cuerpos colegiados. Están en el buen camino y con excelentes contactos seccionales, además.
Que el lord menor, con minúsculas ahora, sigue en la suya (el resto que se joda). Estuvo presente en un encuentro con intendentes independientes (quiere hacer creer que lo es, cuando en rigor es cautivo de las determinaciones que vienen de “arriba”, porque si no, $$$ no hay).
“El bloque de intendentes independientes expresó su apoyo al pedido de endeudamiento realizado por el gobernador Axel Kicillof presentado ante las Cámaras de Diputados y Senadores de la provincia de Buenos Aires”, dice el cabezal de una información. Allí estuvo el independiente Bevilacqua que –esto debe tenerse muy en cuenta- ya no tiene libertad de acción, sino que depende del Frente de Todos. ¡Ojo con eso!.
La del estribo, porque nos llegó cuando ya teníamos virtualmente completados los “corrillos”.
Está convocándose a un “bocinazo” para este sábado (8), a las 21, “en todo Villarino”. Será un “reclamo de comerciantes”, como un “no la ordenanza municipal de plagas creando una carga impositiva más”. La convocatoria es para todos los pueblos. “Hagámonos escuchar”, dicen.
Bevilacqua: “nos borraste de los listados municipales (info y pauta); no pagás lo que nos deben, sólo por capricho; seguís diciendo estupideces, como el 9 de mayo en tu audio. No tenés futuro, aunque creas lo contrario”.