A veces, lo posterior es peor que
lo ya ocurrido.
Esto viene a cuento por una nota,
que se supone aclaratoria, en la que el entrevistado fue Juan Cruz Vidal, edil
de Acción por Villarino en el Honorable Concejo Deliberante.
El reportaje, vía telefónica, fue
por un medio radial de Bahía Blanca, de aquellos que tiene cierta llegada la
región circundante.
El concejal, casi sin ser
interrumpido, pretendió explicar las razones del tema relacionado con la
percepción, por tres meses, de haberes por un cago en la municipalidad de Bahía
Blanca, al que habría renunciado el 1 de diciembre, pero por el cual accedió a
las remuneraciones habituales en el último mes del año pasado; y en enero y
febrero de 2012.
Como todo aquel que, por las circunstancia,
debe dar explicaciones, dijo haber devuelto los importes recibidos en su
momento.
También, que renunció a su lugar
en la MBB (era temporario
de la Subsecretaría Legal
y Técnica de esa comuna) y que sometió su “perfil”, por darle un nombre, a la
comisión de poderes del HCD de Villarino, antes de ingresar a ese cuerpo
legislativo.
Hasta allí, todo parece ser
normal y casi de rutina: renunciar, por un lado; exponer sus antecedentes
luego; y asumir una banca, posteriormente.
No se condice, esa actitud normal,
con haber cobrado los salarios de tres meses (después de renunciar), que después
haya devuelto esos recursos (no puede saberse si los anexos por cargas sociales
que el municipio bahiense debe haber aportado). Mucho menos, o casi, que se
anteponga, ahora, como mera disculpa por su proceder, que el Departamento
Ejecutivo del municipio de Villarino no haya respondido a pedidos de informes
sobre la situación de revista de funcionarios “ad honorem” de la actual
administración.
Si tanto se reclama, por un lado,
no puede haberse seguido una mecánica eventualmente errónea (si la hubiera). Es
que una cosa no justifica, nunca, la otra. ¿Está claro?.