Pugna por el discurso del presidente el 1° de marzo, Massa vuelve con un libro provocador y alerta en la Casa de Moneda.
Por Luciana Geuna • 23 de febrero.
¡Hola!.
Mientras recibís este correo, el presidente Javier Milei se prepara para viajar a Estados Unidos. Hablará mañana en la Conferencia de Acción Política Conservadora, un think tank republicano fanático de Donald Trump, quién también disertará aunque no se cruzará con Milei.
A su vuelta, debe definir un discurso fundacional: el que dará el próximo viernes (1 de marzo) en el Congreso de la Nación para inaugurar por primera vez en su gestión las sesiones ordinarias. Hay, a esta hora, una pugna no resuelta en el gobierno por el tono y el contenido de ese mensaje. Lo que diga marcará el rumbo del año. ¿Seguirá siendo confrontativo?. ¿Aparecerá una señal de diálogo con los gobernadores?. Hay decisiones que ya están tomadas.
¿Y el acuerdo con Macri?. Existen detalles secretos de una convergencia que todavía no es. Teléfonos que no suenan y la promesa de que la semana que viene se juntan sí o sí.
Mientras tanto, la oposición hace movimientos lentos: Sergio Massa saca un libro con anécdotas secretas de su temporada como ministro y candidato; Cristina retoma el silencio; y el expresidente Alberto Fernández decidió volver al país con intenciones de levantar el perfil.
Atención con este dato: la fábrica de hacer billetes casi no está imprimiendo. No tiene nada que ver con la baja de la emisión de pesos. Deudas, curros y peligro de stock.
Acá te cuento todo lo que sé.
El diálogo.“Vos estás muerto. Tus dólares no son tus dólares. Son parte de las reservas del BCRA. Si vos lo sacás, lo sacan todos, así que no los podés usar”. El empresario escucha atentamente al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Se conocen mucho y se respetan. Es uno de los fabricantes más grandes del país en su rubro; ya despidió o suspendió a más de 2000 empleados; tiene en mente seguir con 1000 más. Acumula deudas impagas desde hace 9 meses con los importadores, ya gastó el stock de producción, sus ventas son un cuarto de lo que eran hace cuatro meses cuando todavía estiraba el bienestar de un dólar oficial de ficción.
Sus consumidores finales son clientes de clase media. Dice que la inflación es en dólares y que con este tipo de cambio ya no es más competitivo. No está produciendo porque no le venden los insumos. Se sentó frente al ministro envalentonado con usar los dólares de la compañía para empezar un plan de pagos a su proveedor principal del exterior. Suponía que al ministro le iba a encantar que usara dólares propios. La respuesta lo dejó desorientado: “No los podés usar. No se toca un dólar. No sale un dólar”. Le habló de la muerte y la difícil resurrección. “Y acá estoy, muerto y esperando”.
Esta anécdota se puede replicar al infinito en grandes empresas productivas del país con distintos niveles de impacto real o de incerteza sobre el futuro. El famoso ¿La ven o no la ven?.
¿Se para la fábrica de hacer billetes?.
El dominó producido por el cierre de grifo de dinero y el cuidado obsesivo de cada dólar a una escala nunca antes vista tiene escenas inéditas también en el ámbito del Estado. La directiva de Caputo para las empresas públicas es achicar y auditar.
Daniel Méndez fue ejecutivo de Massalin Particulares durante 30 años. Ya estaba jubilado cuando lo llamó su amigo, ahora ministro, para asumir en la Casa de Moneda, una compañía superavitaria hasta 2020, que cuando empezó la pandemia, la inflación descontrolada y la impresión permanente sin billetes de denominación más alta, rompió su ecuación positiva y empezó a tener déficit.
Sus dos plantas, la de Retiro y la ex Ciccone en Don Torcuato, imprimían 24 x 7 sin pausa con rotación full de personal. No alcanzó. Tuvieron que empezar a encargar billetes a España, Brasil y China. Hoy deben 200 millones de dólares aproximadamente a sus proveedores y se quedaron sin insumos porque nadie les vende. Ya no pueden comprar tinta ni encargar billetes. Tienen un sistema flamante de máquinas nuevas de alta tecnología sin estrenar. Nunca se las pagaron al fabricante y él no las instalará hasta no cobrar. Apenas imprimen algo en la planta de la ex Ciccone. Ya le vendieron al Banco Central el stock que les quedaba. ¿Podemos quedarnos sin billetes? Podemos.
El gobierno apura la impresión del de 10 mil pesos. Acá hay una escena inédita también: en este caso no es un problema el insumo porque la tinta y el papel ya estaban comprados, y el diseño terminado. El destino original de este producto lo había hecho el gobierno de Alberto Fernández para los de 500 pesos y después se redireccionó al de 10 mil. ¿Quién lo imprimirá?. En el país sólo podría hacerlo la Casa de Moneda pero el DNU tiene un artículo que elimina los privilegios administrativos para contrataciones entre entidades del Estado. O sea, el BCRA ahora le puede encargar directo a una imprenta de China. ¿Licitarán los de 20 mil y 30 mil?. Son movimientos nunca antes vistos.
El curro.
Ayer el presidente dijo en la entrevista que le hizo Jonatan Viale en TN: “Tenes un problema con la Casa de Moneda con una deuda fabulosa. No pagaste la tinta. Y está llena de curros”.
No amplió pero ya lo hará: hay una auditoría para desmantelar un proyecto que construyó Rodolfo Gabrielli, el mendocino que estuvo a cargo de la fábrica de hacer billetes durante todo el gobierno de Alberto Fernández hasta que lo echó Sergio Massa.
Ese funcionario fue el responsable de que la empresa estatal pasara a ser deficitaria y entre las razones está la creación de una billetera digital propia de la Casa de Moneda: pagó el software en su totalidad a la sociedad El Callao S.A., contrató a 200 personas, de las cuales 100 todavía están designadas. Jamás funcionó. Nunca.
Méndez encontró una denuncia penal hecha por un tercero el año pasado sobre este escándalo. Adentro de la entidad no se había abierto ni un sumario administrativo.
1 de marzo.
El viernes que viene, el presidente inaugurará las sesiones ordinarias en el Congreso. Santiago Caputo, el estratega de Milei, afila ideas disruptivas para presentar ese momento de un modo distinto a todos los anteriores. Con seguridad, hará un despliegue de contenido sobre la herencia que recibió, los ñoquis que dice haber encontrado, los nidos de corrupción.
La encrucijada principal de las palabras del presidente se definirá por qué camino decida tomar en el tono y en los destinatarios de sus enojos. Hay, a esta hora, un recorrido intenso en la Casa Rosada desde la planta baja, donde está el Ministerio del Interior que conduce Guillermo Francos, y el primer piso, donde habitan el presidente, su hermana y Caputo.
El ministro busca espacios para volver atrás la escalada contra los gobernadores, acordar un pacto fiscal, bajar el tono, abandonar rencores y volver al Congreso por los artículos más importantes de la ley de Bases. Es un tiempo de descuento. El fin de semana, Milei estará en Estados Unidos. Quedarán cuatro días a su vuelta para definirse.
El encuentro Milei-Macri, ¿se hace?.
Mauricio Macri volvió el domingo de Cumelén creyendo que en su agenda estaría la reunión con el presidente. Pero no sucedió. Se lo escucha preguntarse frente a su gente cuál es la razón para tanta desconfianza, sobre todo del entorno más íntimo de Milei. En la entrevista con Joni Viale, el presidente aseguró que la semana que viene concretará un encuentro “personal o por teléfono”. Cualquiera sabe que esa diferencia es sideral. Lo cierto es que en este momento todavía no hay agendado fecha ni hora. Macri acepta que los tiempos los maneja el presidente. Su proyecto es ir a una convergencia de “menor a mayor”. ¿Cómo sería?. “Ayuda con técnicos experimentados en gestión. Lo que el círculo rojo ruega”, responde cuando le preguntan. En TN, Milei aseguró que el círculo rojo “no la ve”. El final de este camino sigue siendo incierto.
Sucede alrededor del presidente una certeza que no cambia. Cuánto más tiempo se mantengan sin anuncios de fusiones con el PRO, o con lo que sea que quede del partido, les reportaría ahora mismo más perjuicios que beneficios. Sólo les interesa el frente legislativo pero es discutible cuál sería entonces el beneficio para el PRO. En todo caso, esa es su idea de ir de menos a mayor. Primero el Congreso, lo demás se ve.
Hay una mesa de LLA que no tiene rutina fija pero si reuniones periódicas: ahí no está Milei pero está su hermana Karina, el estratega Santiago Caputo, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro del Interior, Guillermo Francos, Sebastián Pareja, armador bonaerense y secretario de Integración Socio Urbana, y Eduardo “Lule” Menem, una pieza clave que opina con mucha influencia sobre los movimientos políticos.
Por ese filtro suelen pasar las decisiones que después define el presidente con su círculo íntimo. Ahí deciden, por ejemplo, que las partidas del Fondo de Integración Socio Urbana, un organismo que asumió Pareja la semana pasada y que tiene un activo que ahora es un tesoro inexistente en el resto del reparto de cargos: 115 mil millones para asignar a proyectos de urbanización de asentamientos presentados por intendentes. Puro territorio. En estos días, hacen fila para pedir. Y hay 18 mil millones de pesos pendientes de pago desde diciembre de proyectos repartidos por todo el país. Esta semana, se pagarán esos saldos. Salvo los de Salta, Córdoba, Santa Fe y Chubut. “Los traidores”, dicen con una sonrisa.
Secretos en el libro nuevo de Sergio Massa.
La oposición empieza a moverse a paso lento. La estrategia solapada de preservarse. Sergio Massa tiene en su oficina de la avenida Libertador un pedazo del gasoducto NK. Una fracción del caño montada sobre una estructura de madera con una placa. Le gusta mostrarlo a sus visitas. Está por sacar un libro nuevo. “Por si o por no” quiere llamarlo la editorial Planeta. Saldrá a fines de marzo. Los tiempos de la política. Será un recorrido por los 16 meses a cargo del Ministerio de Economía y de la campaña presidencial.
Alberto Fernández acaba de volver al país y también reactiva su agenda. Es el titular del PJ, pero el partido está esperando que renuncie. Al expresidente le gusta contar que habla muy seguido con Massa. “Tiene miedo de lo que cuente en el libro”, apura el exministro.
Esto es todo para esta semana.
El viernes que viene me vuelvo a contactar con toda la info que vaya recolectando.