Reunión de actuales y futuros ediles, que abre una nueva perspectiva distrital.
Hemos comentado, después del 28 de junio, que Raúl Mujica, con el triunfo de su lista en los comicios (para el HCD y el Consejo Escolar) había ratificado su liderazgo a nivel municipal. Y así es, no puede haber dudas en ese sentido.
Sin embargo, un hecho posterior –se diría que impropiamente apresurado, porque lo cortés no quita lo valiente- puso en evidencia que la “conquista” en las legislativas no tranquilizó para nada el ambiente.
Nos referimos a la revocación de la nominación de Carlos José Ceferino Bevilacqua como presidente del cuerpo deliberativo. El edil revistaba en esa condición desde diciembre 2007, al renovarse escaños del “parlamento chico” lugareño.
Ni lerdo ni perezoso, el “oficialismo” distrital buscó cambiar la presidencia del HCD, como si eso modificara la historia. Así, fue designada Andrea Ciccioli como nueva titular del concejo. La poca consistencia de ese relevo de Bevilacqua está dada por una circunstancia bien real (aunque parezca lo contrario); si Mujica, por alguna razón circunstancial, debiera alejarse transitoriamente del despacho mayor de Moreno 41 de Médanos, su reemplazante natural, hasta diciembre próximo, es el citado Bevilacqua, primer edil de la lista ganadora de los comicios del 2007.
Pero ese hecho, que bien puede tomarse como simplemente anecdótico (el Lord Mayor puede permanecer sin alejarse del sillón hasta el recambio de diciembre y entonces sí Bevilacqua dejará de ser su reemplazante, porque revistará ya como edil desde su nueva elección, en nombre de Unión Pro), aquel suceso fortuito puede no haberlo sido tanto.
¿A qué vienen esas consideraciones?. A que ese episodio puede haber tenido la virtud, si se quiere contraproducente (o lo que es igual, haber operado como “boomerang”) respecto de los futuros movimientos políticos distritales.
O mucho nos equivocamos (está dentro de lo que puede ser, porque en la materia nunca se sabe para dónde se disparan las cosas), o aquel forzado cambio de titularidad en el HCD ha favorecido acciones posteriores.
¿Por qué ésta acotación?. Por algo que puede no tener que ver, pero que sí puede abrir un nuevo cauce en el devenir político institucional de Villarino.
El pasado viernes (31), según hemos tenido conocimiento, hubo una reunión en Mayor Buratovich. Sus protagonistas fueron los actuales ediles de extracción “pejotista” que vienen desde el 2007 y que tendrán continuidad más allá de diciembre (no los que se alejan del cuerpo); y los que iniciarán mandato en esa misma fecha y lo prolongarán, en consecuencia, hasta el 2013.
Según una fuente confiable, el objetivo del encuentro era “tomar contacto y saber la idea de cada uno de como trabajar en el HCD”.
La misma especie confió que “en principio, hubo coincidencia en hacer un trabajo en conjunto desde el HCD –un acuerdo legislativo- de manera de poder asegurar la aprobación de proyectos de ambos bloques (Unión Pro y FpV-Pj), pero respetando la individualidad de cada sector político”.
Aún así, la iniciativa contemplaría, con el correr de los meses, hasta llegar al último semestre anterior a las elecciones del 2011 para intendente, ver la posibilidad de construir (a la luz del trabajo desarrollado) “un espacio en común distrital”, como una alternativa válida para el electorado de Villarino.
La intención, al menos en el bosquejo de la tarea que se va a realizar, es generar la opción, para el distrito, de “insertarse en la región y tener la debida presencia en los ámbitos provincial y nacional, que hoy, indudablemente ha perdido”.
En ese sentido, se considera que “no hay gestión, como tampoco un proyecto de distrito definido”, estimándose que eso “es lamentable pero es la realidad de Villarino, hoy por hoy”.
En la gestación de este acuerdo legislativo, se nos ha comentado, hay una proyección más amplia. Y esto está contenido en la idea de generar un espacio común, no sólo de militantes “pejotistas” (para darle una denominación común) sino también de independientes y otras fuerzas, dejando de lado las diferencias de otros momentos para edificar, así, una estructura que contenga a la mayoría.
No se escapa, al observador, que la aspiración del movimiento que empieza a gestarse es ser gobierno a partir del 2011, dejando de lado desencuentros pasados.
De allí, obvio, lo que reflexionábamos al comienzo. Mujica ratificó su liderazgo municipal. Esa es una verdad. La otra es que deberá ajustar cinturones porque el tránsito hasta el 2011 puede no ser tan fácil, para su gobierno, como las cosas han pintado hasta el presente. Deberá apelar a un manejo político en el que deberá mostrar no poca habilidad y rodearse, además, de un entorno distinto al de hoy en día.
Son percepciones, nada más, que nacen de haber transito mucho camino, y por muchos años, a lo largo y a lo ancho de todo Villarino.