Era un día como el de hoy (9), pero de hace 61 años.
Aquel domingo,
por la insistencia de Santiago (Boland), del 346 de Thompson, y por ello quizás
amigo de toda la vida, cambiamos el rumbo.
Y en lugar de
acercarnos al 460 de la calle Villarino, como era habitual – misa de las 08.00
AM en Santa Teresita del Niño Jesús, nuestra parroquia – nos encaminamos hacia
Zelarrayán al 741, iglesia del Inmaculado Corazón de María. En mi caso de muy
mala gana.
Allí, al costado
del templo, en la casa parroquial, se reunía la Legión de María, grupo de
apostolado laico de la iglesia.
“Hoy sí, pero
nunca más”, le había dicho, ante sus invitaciones a participar de las reuniones
que, encima de a muchas cuadras de casa, eran los domingos, a las 9.
Llegamos
puntualmente…
¡Oh, sorpresa…!,
al ingresar a la sala.
No había, ni un
cura; ni las “viejas gordas” (por las de la Acción Católica, de la que había
sido dirigente hasta un año atrás –mayo ‘62– integrando la junta arquidiocesana).
Nada que ver.
Frente a mí, una
carita de ensueño, me sonreía, cuando me tocó decir quién era; por qué había
ido y alguna otra cosa que se me ocurriera a manera de referencia, porque era
lo que se suponía “de estilo”.
Después supe
(también correspondía) que ella era Mabel, la bonita del grupo, a quien debería
acompañar en la semana – el jueves siguiente (día 13) – a visitar domicilios
del barrio, con un mensaje, que le escucharía transmitir…
De aquel
encuentro casual, sólo supe que el itinerario de vuelta a casa (el 343 de
Thompson), lo hice pensando en esa carita de ensueño, la de Mabel, que se grabó
para siempre en mis ojos y en mi corazón.
Ha dicho el
“face”, no pocas veces, a través mío,
que el 12 de septiembre, de aquel mismo año, nos convertimos en novios;
que nos casamos el 5 de febrero del ’65, en el Corazón de María; que tuvimos
“los 5” (Eduardo, Lucrecia, Claudia, Adrián y Mariano); y que después llegaron
Renata, Diego y Valentina.
Toda esa historia
de amor, está cumpliendo, ahora, 61 años exactamente. La revivo cada día, dando
gracias al cielo… Mabel, la del nombre más hermoso, está conmigo desde el
cielo, en cada momento. Eternamente…!!!.