Nota del editor
Puede ser que el proyecto de ordenanza contenido en el asunto 13.189 tenga su importancia y que su efectiva concreción sea una necesidad.
Lo que no alcanzamos a definir, de alguna manera, si vale la pena la publicación de esa iniciativa; y cuántos lectores tendrá semejante texto, de 12 carillas y con 31 artículos, aunque el último sea de forma.
Sabemos, sí, que la edición de marras en nuestro diario digital, próximo a cumplir 51 años de existencia, justifica plenamente un pedido que hemos formulado en la jornada de este martes (16) a los ediles de Villarino.
La constante de publicitar actos "políticos", de resultado ignoto habida cuenta de la conformación que tiene el HCD distrital, sugiere, cuanto menos, la necesidad de que, los concejales, prestos para pedir la divulgación de su quehacer, hagan - muy pocos lo hicieron durante el 2020 - su aporte.
Es lo que hemos requerido y tenemos derecho a que nos respondan, porque la "dieta" de los ediles es lo suficientemente jugosa como para que algo resignen, TODOS, de sus bolsillos llenos.
Otro sí, decimos.
Sabemos que no existe cementerio en Argerich, pero así lo indica el artículo 1 (de 31) que incluye el proyecto presentado.
Un error, al que involuntariamente nos indujeron.
No es novedad, algo de eso.
En el 2005, por un capricho más, se creó el cementerio de Hilario Ascasubi.
Y para inaugurarlo, un domingo encima, hubo que pedir prestado un difunto a otro pueblo.
Cosas del imaginario pueblerino, que nunca ha tenido límites. O sea...