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lunes, 29 de febrero de 2016

TODO MAL, PERO PUEDE SER PEOR…


Agentes municipales que se quedan afuera, según lo dice el imaginario popular. Sin “casa”, ya en Bahía Blanca, muy lejos de la integración que se declama. Desvío que no es tal, para ingresar o salir de Médanos. Tasas que suben, cuando la prestación –caminos rurales– dista de ser ideal. 

O'Hggins 258 de Bahía Blanca:
la Casa de Villarino que ya no es.
A poco que sigue pasando el tiempo, la gente empieza a manifestar su disconformidad por lo poco que ha hecho, mal por supuesto, el “nuevo” gobierno municipal, a poco menos de tres meses desde su asunción.

La disculpa de la emergencia, en todos los órdenes, dispuesta antes de fin de año, y después aprobada con el ya “clásico” resultado de 9 a 8 en las votaciones del Honorable Concejo Deliberante (voto doble del presidente del cuerpo), parece dar margen a determinaciones muy poco populares. Un ejemplo patente: se prescindió de agentes municipales (ligados a la anterior administración, por el momento de sus ingresos al municipio), pretextando que no eran necesarios sus servicios. Hasta ahí, puede ser. Pero después, se designó a otros empleados (no importa demasiado en qué condición), lo que invalidaría aquello de “no hacen falta”.

Hay otro caso, con alguna proyección externa, que es más de lo mismo: este lunes (29), ha sido el último día de funcionamiento de la Casa de Villarino en Bahía Blanca, instalada hace casi 13 años atrás, en tiempos del gobierno del ex intendente Jorge Simoni.

El cierre de aquello que se ideó como “embajada” en la virtual ciudad cabecera de la región sur bonaerense, no fue informado. Pero al margen de ello se dispuso cuando, en rigor, en campaña y aun después, en sus primeros contactos posteriores a la asunción, el intendente no titubeó en hablar de “integración”; pasando por otras alternativas en las cuales, en algunos temas, la relación Villarino-Bahía Blanca-Villarino aparecía como determinante.

Prescindir de la “cara visible” del distrito en Bahía es algo así como negar la importancia referencial que aquella ciudad tiene. Y bastaría aludir al siempre comentado y nunca ejecutado acueducto que sirva a Villarino, a Bahía y a Punta Alta, para citar la necesidad de seguir en un camino de divulgación que tenga sus efectos positivos para Villarino en el concierto zonal. 

La clausura, por darle algún nombre, se hizo perceptible con el enmascarado del frente del local que, en su momento, la gestión Cobello intentó al menos revitalizarlo. 

No puede olvidarse que la casa sirvió, en no pocas ocasiones, para convocar en los lanzamientos de eventos de relieve como lo son la Fiesta Nacional del Ajo (dicho sea de paso, sacada ahora de su fecha de calendario tradicional) y de la Fiesta Provincial de la Cebolla.

Por si eso fuera poco, los agentes municipales que trabajaban en ese lugar concluyeron su tarea en la casa sin saber cuál sería su futuro inmediato, aun suponiendo como una obviedad, que deben presentarse, en el inicio del tercer mes de 2016, en la sede municipal de Moreno 41 de Médanos y quedar en espera de destino en la estructura comunal.

No para allí la cosa. Hay otro claro ejemplo de indiferencia ante hechos palpables: el acceso sur a Médanos desde la ruta 22 sigue siendo un verdadero problema para quienes deben salir” o ingresar, “de y a” la ciudad cabecera.

Se sabe de no pocos casos en que, por la precariedad del desvío, ha habido vehículos que sufrieron las consecuencias del mal estado  de esa vía (pozos por doquier; falta de riego que evite la polvareda constante) en tanto las obras, dispuestas por Vialidad Nacional, siguen postergando su finalización, con las dificultades que esa demora ocasiona, sin que el ente (VN) controle su ejecución; sin que la empresa (Burgwardt), adjudicataria, acelere los trabajos (muy pocas veces se ven máquinas en movimiento allí) y sin que, finalmente, el municipio obre como corresponde para exigir una mayor premura.

Volviendo a un terreno de por sí irritativo para el común de la gente, se dice por allí (nunca se dan a conocer los números reales) que la cuota salarial asignada al Lord Mayor rondaría los 100.000 nacionales, pese al estado de emergencia que se exhibe como para justificar, de alguna manera,  “despidos” de empleados (que no son del “palo”) o de su reemplazo por quienes están cerca del movimiento político verde.

Como colofón (extraído de comentarios que cada vez se acentúan “más” en el imaginario popular) se habla de la quietud manifiesta de las máquinas viales, muy alejadas de la infinita red caminera que se extiende por el dilatado partido, cuando la tasa a la hectárea parece encaminarse hacia niveles arancelarios impagables (para deudores crónicos, que nunca podrán ponerse al día). Y esto tiene mucho que ver con aquello “del huevo o la gallina”, generando un problema insoluble, por si los demás fueron pocos…