La renovación de un compromiso: de
aquí en más, sólo DIARIO VILLARINO.
Dicen,
y esto no es ninguna novedad, que hay un tiempo para cada cosa; y una cosa para
cada tiempo.
Lo
difícil, en todo caso, es alcanzar a definir qué es lo apropiado para hacer.
Tanto en los comienzos como en los finales.
De
los primeros, no sería fácil enumerar en qué tiempo dimos inicio a algunos
emprendimientos, todos enlazados cuando hemos superado ya los 60 años en el
ejercicio del periodismo, con tres cuartas partes de ese largo recorrido,
haciéndolo en forma absolutamente independiente, esto es, afrontando los
riesgos.
Una
vez, se nos ocurrió hacer algo para ¡Cabildo!. Fue “La Calle”, una revista de
pequeño formato, allá por el ’66.
Más
tarde, año ’69, encaramos la continuidad del Diario Tornquist, fundado en 1921
por don Aquiles Evangelista.
Un
año después, creamos DIARIO VILLARINO, que transita, ahora en versión digital, el cuadragésimo octavo año de su historial.
Hubo
más, porque fuimos editores de “La Noticia”, de Punta Alta; “La Semana”, de
Saavedra; “Pregón”, de Ingeniero White, todos en la década del ’70, cuando,
también, hicimos “La Semana Deportiva” (Bahía Blanca); y “Diálogo” (Punta Alta).
Fue
por esos tiempos que anduvimos haciendo radio (del ’70 al ’75), en la ya
desaparecida LU7 Radio General San Martín. Las producciones en la zona no
dejaron de sorprendernos.
Hubo
una pausa, cuando la presión gremial por un lado; y la política de ese momento,
nos obligaron a “tomar una pausa”, ejerciendo entonces la jefatura de redacción
(hoy sería dirección periodística) del diario “El Chubut”, de Trelew.
Remprendimos
“Diario Villarino” y “Diario Tornquist”, después, al retorno. Y
se sucedieron los programas de radio en LU3 Radio del Sur (1984 a 1989).
Hubo alguna
incursión por el incipiente BVC en televisión; la “aventura” de una radio FM en
Médanos y la posterior Cruz del Sur FM, en esta ciudad, donde el entonces
multimedio, la “mando cerrar”, denunciándonos (única radio inhabilitada) ante
el COMFER y la impresentable comisión nacional que “entendía” en esos temas,
con no poca complicidad de la justicia federal.
Esa
circunstancia nos obligó a otra “pausa”, que ocupamos, estafados, en un diario
ficticio que manejaba desde Buenos Aires, por satélite, un “auspicioso” ladrón
de noticias económico financieras. El resto de la historia es más reciente, con
un “Diario Villarino” vigente, en papel, retomando su mejor momento, el de
fines de los ’80 y principios de los ’90.
Llegó
otra etapa, desde el 7 de septiembre del 2001, cuando emprendimos “La
Trastienda de Bahía”, en papel, titulado “Diario de Café, también en edición
gráfica (impreso en los talleres del Diario del Viajero, e Avenida de Mayo 66
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Avanzamos,
posteriormente, hacia lo digital, propio de los nuevos tiempos. Y a LTB, se le
sumaron los sitios de “La Trastienda Deportiva” y “Zapping de los Medios”.
Este
jueves (8), decidimos ponerle punto final a “La Trastienda de Bahía” y sus
suplementos de los medios y del deporte.

Pero
no vamos a echar al vacío seis décadas dedicadas plenamente al ejercicio
responsable, honesto y auténtico del periodismo, en el que estamos desde 1957,
contra viento y marea.
Mantendremos
nuestros muros y páginas en las redes sociales, porque siempre tendremos algo
para decir, incluyendo todo aquello que nos obligó a “desaparecer” virtualmente
del seguimiento del insulso devenir de una Bahía llena de frustraciones (aunque
se diga lo contrario).
De
aquí en más, volcaremos todos nuestros esfuerzos y el entusiasmo que no decrece
(a nuestros 76 años de vida) a impulsar, con exclusividad nuestro DIARIO
VILLARINO, así, con mayúsculas, porque es muy difícil encontrar, aun ahora en
su versión digital, un emprendimiento sostenido con particular tenacidad
durante tantos años.
Nunca
vivimos en Médanos, ni en ninguno de los pueblos del dilatado partido de
Villarino.
Aun
así, lo consideramos como “nuestro lugar en mundo”. Y allí “nos quedaremos”,
como homenaje a su gente; a sus instituciones; a sus gobiernos (sin que nos
importe demasiado sus colores).
Sólo
deseamos ser, si así se nos lo permite, relatores, escribiendo, del crecimiento
que siempre auguramos para ese distrito.
Queremos
ser protagonistas de los años que vendrán, aquellos que Dios nos otorgue,
porque tenemos fe, toda la necesaria para seguir.
Luis María Serralunga,
en homenaje a
MABEL,
la razón de ser
de mi vida.