La capacidad de asombro parece agotada… pero tratándose de política eso no resulta ser tan cierto.
Ocurrió este miércoles (7), en ocasión de la sesión preparatoria del Honorable Concejo Deliberante.
Había sido convocada para la hora 10 y, en rigor, no se demoró demasiado, atento a lo que suele suceder en casos parecidos.
Es que, quiérase o no, estaba “todo cocinado”, de antemano. Y el resultado estuvo a la vista de todos (entendidos o no), cuando ya había pasado el meridiano; y en otros rincones del palacio municipal de Moreno 41 de Médanos, algunos funcionarios (ya ex virtualmente) apresuraban la “limpieza” de sus escritorios, para la entrega que, sin presencia del intendente saliente (Raúl Roberto Mujica) se concretará este sábado (10).
El himno patrio, entonado a capella (porque falló el dispositivo de audio), marcó, a las 10.55, el inicio de la sesión. Con Luis Antoiuk ejerciendo, por última vez en un período de dos años, que fueron desde el 2009 al 2011, la presidencia del cuerpo.
Hubo, claro, alguna cuestión de práctica, como la lectura de la convocatoria. También, un buen mensaje de despedida de Antoniuk, con voz quebrada por los nervios y la emoción, en partes iguales. Y algo fuera de programa, como la carta de renuncia elevada por el secretario del HCD, Gonzalo Silva (ver aparte el texto completo en este blog), que no dejó dudas sobre alguna actitud discordante.
Esa lectura, “sacudió” el ambiente, por la claridad de los conceptos vertidos; y también por la casi excesiva prudencia demostrada al no mencionar “nombres propios”, en algo que, claramente, tuvo su correlato a la hora de la elección de autoridades del parlamento lugareño.
Cumpliendo las instancias que son norma (previa aprobación de los “diplomas” de los concejales electos, por la comisión de poderes) , María del Carmen Drome ejerció la presidencia transitoria de la preparatoria. Y aprovechó la ocasión para extenderse en un mensaje en el que historió su trayectoria; formuló sentidos agradecimientos; y dijo de objetivos a cumplir en su futura labor parlamentaria.
Juraron los nuevos concejales y se procedió a la votación nominal para elegir al presidente del concejo. No hubo sorpresas (¿o sí, para algunos desprevenidos?), porque los votos de los dos ediles de Unión Pro inclinaron un eventual 9 a 5 hacia un 7 a 7 que le dio a Sergio Damiani la presidencia. Algo que tras la forzada igualdad, establecía una suerte de razonable definición, porque la lista triunfante en los comicios del 23 de octubre pasado se aseguraba el control del “parlamento”.
No pareció tan ajustada a lo que es casi una tradición la nominación de “Beba” Nievas como vicepresidenta del cuerpo. Fue tan sólo la moneda de canje por los votos de la bancada de Unión Pro hacia Damiani.
La “frutilla del postre” resultó la designación del secretario del HCD, función asignada a un abogado (que revistaba en la planta municipal).
Hubo palabras de Damiani (su elección como titular del legislativo es inobjetable), con breves pero espontáneos agradecimientos (incluso para gestos que enaltecen, según dijo) y la promesa de una presidencia de “puertas abiertas”.
Cuando lo sustancial había concluido, nos fuimos del recinto. Ya para entonces, empleados comunales y familiares de quienes asumieron sus bancas habían dejado semidesierta la sala del legislativo. Quedaba, sí, la sensación de que algo (por eso de las situaciones encontradas y las actitudes que no pueden entenderse sino desde privilegiar apetencias personales) no estaba del todo bien (¿o claramente mal?)…
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