Camino a Médanos, en la tarde de este sábado (12), poco
menos que a las 17, hacíamos memoria (algo de lo que parece costarnos menos a
esta altura), recordando aquella primera Fiesta Regional del Ajo, la del año
1967.
Eran otros tiempos, por cierto; y muy distintas las
circunstancias y los hechos.
Por aquellos entonces, había un misa, en recuerdo de los
primeros productores ya fallecidos; y un acto frente al palacio municipal, con
bendición de los frutos; y un clásico, el desfile de las instituciones.
En algún momento, la elección de la reina. Y no mucho más.
En la antesala, era casi una costumbre que, en las reuniones
de preparación, hubiera alguna cena, para los circunstantes de la comisión o
para formular alguno que otro anuncio de prensa.
En aquellas ocasiones, estuvimos presentes, como lo hicimos
a lo largo del historial de la fiesta que le da renombre hoy en día a Médanos y
a todo Villarino. Nos asiste el mal disimulado orgullo de ser – y sabemos que
es así – el periodista más estrechamente ligado, por presencia, a la que es
ahora la Fiesta Nacional del Ajo.
Y es lógico admitir cómo han cambiado los tiempos y cómo
este clásico evento, apresura el camino hacia la notoriedad y la convocatoria
cada vez mayor al público que la sigue.
Lo de este sábado (12) ha superado (tras la noche inaugural
frustrada por la lluvia) todo lo conocido desde el vamos y aquello que puede
tenerse como punto de referencia, en lo que toca al programa del sábado, desde
el momento de la nueva etapa de los últimos años.
Tras el receso de la pandemia, observamos acercarse todo al
nivel de excelencia: antes que nada, la masiva concurrencia, superadora
seguramente, de las más exigentes expectativas. La presencia numerosísima de
artesanos (135 stands se dijo). El sonido, espectacular. Los números
artísticos, en alza, hasta el momento en que estuvimos, cercano al anochecer. Y
la oferta gastronómica, superando todo lo visto hasta el presente.
Sin duda, el correr de la tarde, satisfizo a todos.
Mañana, domingo (13), seguramente, se redondeará el 10/10
deseable. Premio, merecido, por tanto trabajo bien hecho.
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