Candidaturas, sí, porque las hay. Radicales contra la quietud partidaria. ¿Qué hacen dos notorios?. Nombramientos que faltan: ¿Seguridad y Cultura?. Algunas sugerencias.
Siempre hay entretelones en los ámbitos políticos, sobre todo para las fuentes surgidas de los mentideros.
Es cierto que por un lado Horacio Brión (ausente en la sesión de apertura del período ordinario 2010 del Honorable Concejo Deliberante) tiene expectativas de postulante para el sillón mayor de Moreno 41 de Médanos.
No niegan, tampoco, aspiraciones similares de Silvina Zoraida Chcair, ex presidenta del HCD; y, después de concluido su mandato legislativo, secretaria de Gobierno, función que detenta actualmente.
Pero hay, en filas radicales, quienes aspiran a otra cosa, cansados de cierta puja entre quienes están del lado del actual intendente y aquellos, muy pocos por otra parte, que responderían al ahora ex diputado y que detentan, si así puede llamarse, el manejo de un comité partidario francamente inactivo.
Quien encabeza ese grupo no es otro que Fabián Giambartolomei, precandidato en la última interna para cargos electivos. Le acompañarían Andrea Ciccioli y Amado Chcair, entre otros.
Sin embargo, sin que tengan que ver ni con uno ni con otro sector del radicalismo, no deja de llamar la atención la convocatoria que, casi siempre (todas las veces que hay algo sería mejore expresado), reciben dos figuras netamente identificadas, en todo tiempo, con aquello que es la Unión Cívica Radical .
Podría, desde cierta óptica, encasillárselos dentro de los “puros”, entendiendo por ello que se han abstraído, como norma común, de los vaivenes a cuyo compás han transitado otros. Es decir, son radicales, nada más y nada menos que eso.
¿A quiénes nos referimos?. Uno, Miguel Raúl Novo, expresidente del comité Villarino de la UCR y militante desde que se sepa, en las filas del partido. Siempre recibe el llamado para encuentros seccionales e incluso aquellos que exceden el marco de la sexta. No hace falta recordar, a propósito, que ha ocupado el más alto cargo partidario, donde ha continuado la trayectoria de uno de los viejos radicales de pura cepa que tiene la agrupación en Villarino: Miguel Novo, Lito, “dirigente de aquellos”, a quien se recurría, como norma, para conocer todas las estadísticas sobre compulsas electorales y mucho más.
El otro, mucho más dedicado por estos tiempos a la lucha en defensa del sector agropecuario del que forma parte, es José Fernando Carrizo Fierro, senador provincial (MC), pero siempre un dirigente de consulta, por su conocimiento del tema; por su mesurada actitud conciliadora en muchas disputas; y porque es de los que ha recorrido sin miramientos toda la extensión de la región.
¿Qué hacen ellos?, se preguntan no pocos interesados, desde el mejor espíritu, en la revitalización de un radicalismo manifiestamente en crisis en Villarino, aunque parezca una ironía: es gobierno y carece de movilización perceptible, aún cuando esté a dos escasos meses de una interna por los cargos partidarios.
Mientras eso ocurre por un lado, por otro, en el plano eminentemente práctico, el “oficialismo” debió conformarse con tener sólo 2 miembros en las comisiones internas (de 5 miembros) en el parlamento lugareño. En limpio, tiene un futuro no poco comprometido, porque allí, en la “trastienda” previa a las sesiones, las votaciones, salvo excepciones, tienen números cantados, con un 3 a 2 casi inexorable. Difícil, dijo “Crítica”, pero no el “ex” de Lanata. .
Saliendo de lo parlamentario, y también de lo que es un poco futurología con vistas al 2011, hay quienes siguen con alguna expectativa el desenvolvimiento en el ámbito del ejecutivo.
Esperan, claro, la nominación del nuevo subsecretario de Seguridad, cargo vacante desde fines del segundo mes del año, tras el retiro, para acogerse al beneficio de la jubilación, del ocupante del cargo por poco menos que un lustro (Raúl Padín). El jefe del gobierno comunal se ha tomado su tiempo, por lo delicada que resulta esa designación, en un área cuya gestión sensibiliza por demás a la población, que ya cuestionado duramente la acción oficial en esa materia, algo que Raúl Mujica está tratando de encaminar debidamente.
Hacemos un breve apartado sobre este caso en particular: ¿y si el intendente convoca a la oposición para ocupar, con alguno de sus integrantes, ese difícil despacho?. Sería, acaso, una forma de encontrar, en común, algunas soluciones. ¿Sí?.
Hemos comentado, en otro orden, que se aguarda la terminación del interinato que ha ejercido, en la Dirección de Cultura, la titular de Turismo.
Según dichos de fuentes confiables, muy cercanas a las oficinas de la calle San Martín (donde se desenvuelven Turismo, Cultura y Deportes), la propia Marta Onorato ha requerido al intendente municipal que la libere de la atención de ese despacho.
Desde los mismos círculos allegados, se ha señalado que la cobertura del cargo con otro funcionario/a se ha dilatado porque se está en la búsqueda de quien asuma esa responsabilidad y que los contactos establecidos no habrían dado todavía el resultado anhelado.
A propósito vienen a cuento ciertas consideraciones sobre el tema. Desde el 2005, Cultura municipal fue elevada a la jerarquía de dirección, siendo que anteriormente era una subdirección. Se la unió al área de Prensa y Ceremonial, que se creó con ese nivel a partir de entonces; y se le asignaron tareas que fueron acrecentándose con el correr del tiempo. No era sólo tomar activa participación en los preparativos de la Fiesta Nacional del Ajo, junto a Turismo y a Prensa y Ceremonial, y por supuesto a la comisión coordinadora, de notoria influencia ahora, sino que fue intensificada su labor con el crecimiento de los Torneos Bonaerenses, hoy Juegos Buenos Aires La Provincia (2010). Como ese objetivo, muchos otros, que exigen una dedicación acentuada en la materia propiamente dicha. Y aquellas otras actividades que se le pueden sumar “a demanda” de las localidades, que siempre se manifestaron ávidas de participar en lo que alguna vez fue la “comisión municipal de Cultura”, estructuralmente la que debía definir en qué se aplicaban ciertas partidas del presupuesto de ese área.
Recordamos, y en algún cajón de escritorio del despacho mayor puede permanecer la carpeta, haber elaborado un proyecto que delineaba labores que bien podía asumir, allá por el 2006, y también ahora, independientemente de otras direcciones, la que corresponde a Cultura.
Abarcábamos, por aquel entonces, tanto algunas responsabilidades ya citadas como aquellas que podían comprender el funcionamiento y el crecimiento de la Casa de Villarino, como embajada representativa del distrito (y todo su impulso) en la cabecera regional del sur bonaerense.
Sin que eso signifique algo vinculante, consideramos interesante aprovechar la ocasión, cuando el jefe del gobierno comunal así lo decida, y unir la nominación para la Dirección de Cultura con un programa de fortalecimiento que, en el 2010, el año del Bicentenario, pueda impulsar acciones que le harán bien al futuro. Una, que merecería no tener dilaciones, cuando nos acercamos al segundo centenario de la Patria, es hacer realidad, por caso, el Archivo Histórico de Villarino, para rescatar, hacia las generaciones futuras, el pasado y el presente del Pago Chico, cuando todavía muchos protagonistas pueden dar claro testimonio de sus vivencias a través de los años.
Se nos ocurre decir todo esto, por aquello de acercar, aún desde la distancia pero con la proximidad de este diario digital a todo lo que es Villarino, ideas propicias para su ejecución en el tiempo. Es una enunciación, en el espíritu de contribuir a aquel objetivo de “seguir edificando el Villarino que soñamos y merecemos”, que ha marcado el intendente Mujica. Lo expresamos porque, después de transitar largamente los caminos del distrito, nos sentimos -¿por qué no?- parte de su gente.
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