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Patricia Cobello, el día de su asunción: el juramento tomado por Sergio Damiani, presidente del HCD de Villarino. |
Pasaron los emotivos momentos del
centenario de su pueblo (Hilario Ascasubi). Y de vuelta a aquello que, después
de cada celebración, es la cotidiana tarea, Patricia (Cobello) estuvo presente,
este lunes (3), en Bahía Blanca. La llevó, hasta el recinto de la Universidad Nacional
del Sur, la presencia del gobernador de la provincia.
La intendenta municipal de
Villarino, convocada la semana pasada por el gobierno nacional, a través de la
cartera de Infraestructura que encabeza Julio De Vido, estuvo en la Ciudad Autónoma de Buen Aires.
Allí, tomó conocimiento de la
respuesta que, desde ese ministerio del poder central, se dará al plan de obras
esbozado desde el municipio, en el marco de los 850 millones que Nación
invertirá en obras públicas en la sexta sección. Es más, este martes (4), a
mediodía, Patricia brindará una conferencia de prensa para informar qué
recibirá el distrito.
La doctora Cobello,
manifiestamente identificada con el gobernador Daniel Scioli, por los contactos
que ella tiene a ese nivel, no ha titubeado en estar presente en “los dos
frentes” de gestión. Porque así debe ser; y así debe hacerse, respetando la
representación que se asume cuando se ejerce la jefatura del gobierno comunal
Muy cerca de la ciudad cabecera
de Villarino, la actitud fue muy otra. Y el intendente interino de Bahía
Blanca, Gustavo Bevilacqua, optó por atender, en “Baires” otro tipo de tratativa, aludiendo a
compromisos previos; e ignorando, si se quiere, que protocolarmente al menos,
debía ser anfitrión del primer mandatario bonaerense.
No es la primera vez que algo así
ocurre. A principios de agosto, cuando
Scioli anduvo por Coronel Suárez, Bevilacqua tampoco hizo acto de presencia,
dando en ese caso una explicación muy poco acertada respecto de su ausencia.
Patricia si concurrió.
Casi como una paradoja, tampoco
fue GB al llamado de De Vido, días atrás, siendo suplido por el secretario de
Obras Públicas, Rubén Valerio.
No se entienden estas “posturas”,
en superficie. Pero de tanto andar por los vericuetos políticos, por décadas,
no nos resulta difícil comprender estas razones sin razón. No es un feudo
privado el que está en manos de Bevilacqua. ¿Lo tendrá claro?.
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