Somos
la parte de la Familia Roel que quedó luego del fatal accidente del 30 de
diciembre pasado, en el kilómetro 720 de la ruta 22. Ese día perdimos a nuestro
hermano y tío Pablo; a nuestra cuñada y tía
Sandra; a nuestro sobrino Mateo; y a nuestra mamá y abuela Inés.
Nuestro
sobrino Juan Roel de 8 años sobrevivió y queremos expresar nuestro sincero
agradecimiento a todas las personas que honesta, profesional, desinteresada y
discretamente le salvaron la vida y también nos fueron ayudando y acompañando
durante toda la estadía en la ciudad de Bahia Blanca: a la policía y bomberos
de Médanos, especialmente a Vicente Pablo Reguilón, oficial principal, Genaro
Gunz y a todo el personal de la Comisaría de Médanos que nos trató con tanto
respeto, honestidad y tan gentilmente; a Sergio Panciroli, que se detuvo
inmediatamente al ver el accidente y al ver que Juan estaba vivo le habló y lo
mantuvo despierto hasta que llegaron inmediatamente los Bomberos de Médanos; en
especial, a los que conocimos personalmente: Gladys Arias, OBscar Casariego, Carlos Miranda y
Mauro Hall (y a todos aquellos que no conocimos pero estuvieron allí).
Ellos no
solo ayudaron a salvar Juan en el lugar del accidente, sino que también lo
fueron a visitar al hospital varias veces y le brindaron todo su cariño y
fortaleza para su recuperación; al personal de Defensa Civil; al personal del
Registro Civil de Médanos, muy especialmente a Elsa Fernández por su obrar
diligente, amable y eficiente al expedir la documentación que nos permitió
trasladar a nuestros fallecidos hacia Buenos Aires; a TODO el equipo
(enfermeras, médicos, cirujanos, mucamas, voluntariado, asistencia social,
salud mental y seguridad) de la Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital
Penna: Juan vive también, gracias a todos ellos.
Somos
testigos de la calidad profesional y humana de todas esas personas que aún en
condiciones de infraestructura adversas y precarias hacen su trabajo con
verdadera excelencia y vocación en el sentido más amplio y específico de la
palabra; a los miembros de la Iglesia Nueva Apostólica de Bahía Blanca; a los
miembros de la comunidad del Colegio Don Bosco de Bahía Blanca; al personal de
la Casa de Ronald Mc Donald; a la familia de María Silvia Williams y Juan
Carlos Borelli; a la familia de Rodolfo Lezcano, y a todos aquellos que nos
hayan ayudado o colaborado en forma anónima.
Especialmente
queremos destacar que todos hicieron ese trabajo cuando el resto de las
personas despedía y recibía el año nuevo. Postergaron
sus familias, amigos y celebraciones para compartir con nosotros ese momento de
tanto dolor y tristeza y lo hicieron, repetimos, en forma totalmente
desinteresada, un gesto de humanidad en sentido puro que queremos subrayar.
Gracias
nuevamente a todos.
Familia
Roel-Waipan.
LEER ESTO,A,PESAR DE LA,DESGRACIA OCURRIDA ES RECONFORTANTE,Y UN ORGULLO,SENTIRSE MEDANENSE,GRACIAS A TODOS,ESTA ES NUESTRA GENTE,DIVINA EN TODOS SUS ASPECTOS.CARLLOS ASCHERI
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