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Carlos Bevilacqua, intendente municipal |
No se dice todo. Final del 2019,
con “sabor” amargo…
Estamos transitando las últimas horas del 2019.
Los últimos 12 meses vividos, desde el ángulo periodístico
que nos ocupa desde toda nuestra existencia, no han sido para nada
fáciles. Como casi todos los de cuatro
años del último lustro.
Paradójicamente, nos podemos evitar una coincidencia.
No la hemos buscado, para nada.
Pero se sabe que las circunstancias se presentan, más allá
de lo que podamos desear en cada momento.
Cuando oficialmente nos iniciamos en la que sería la
ocupación de toda la vida, teníamos 16 años, pero los de 1957, no son, para el
oficio, ni por asomo, los de hoy en día.
Por aquel entonces (y extraoficialmente habíamos escrito
mucho antes) “hacer medios” no era lo que es ahora. Era como para luchar,
constantemente, contra la corriente.
Incluyendo que familiarmente el oficio de
periodista no se consideraba el más apto con visión de futuro.
Pero en nuestro caso, transitando la etapa intermedia de los
estudios del secundario, ya era profesión elegida y sostenida contra viento y
marea.
Por esa razón, además, privilegiamos ser “periodistas”,
aunque algún empleo oficial –en el que tuvimos breve paso de muy jóvenes–
ofreciera estabilidad hasta el momento de jubilarse, porque la estructura
gubernamental hizo caso omiso (desde siempre y no de ahora) a la necesidad de
“achicar el Estado”.
Por eso, también, desde los albores de nuestra carrera nos
hemos enfrentado a los mismos vericuetos que signaron el transcurrir del 2019
que estamos concluyendo.
Fue éste un año electoral, con lo que eso conlleva.
Fundamentalmente, por aquella inequívoca razón que puede
resumirse en no muchas palabras: los gobernantes se consideran por lo común
“dueños”; y no simplemente “administradores de turno” de una porción que les es
confiada transitoriamente; y que no es, por eso mismo, un bien ganado a
perpetuidad. Todo empieza; todo termina, pasado cierto lapso.
Desde la óptica equivocada, hay quienes suponen (se creen
seguros, además) que en el período que les toque, más efímero o más duradero, pueden
hacer lo que les plazca.
Algo de eso (¿o mucho más?) sucedió en Villarino.
Y no es cuento.
Habíamos pensado, idealmente, un repaso pormenorizado de
hechos que jalonaron el transcurrir de los últimos 12 meses.
Andando las horas, replanteamos el esquema, porque tuvimos
presente una constante: el limitado interés de la máxima autoridad municipal
–el intendente, para que no haya equívocos– acostumbrado a informar en cuenta
gotas (por muy largas que sean las entrevistas cuando las concede a medios
locales); y reservarse el privilegio de “prometer” algo en ciernes más que en
admitir que ciertos cuestionamientos merecen respuesta.
Podemos citar como ejemplo, uno que basta y sobra. En cierto
momento, desde distintos ángulos, se preguntó sobre los montos del canon pagado
por la empresa ejecutora de los “molinos de viento” (por darle una definición
entendible desde lo vulgar, al parque eólico La Castellana).
Habló, con nosotros, de un dictamen favorable a
punto de emitirse desde la provincia. Nunca se supo de ese despacho favorable.
¿Había acaso, en ese tema, algo que ocultar?.
Otro si digo, se nos ocurre al pasar, ha tenido que ver con
los progresos del sector industrial planificado de Médanos.
Hace tiempo y a lo
lejos, se habló de empresas interesadas (y consultando) en instalarse allí. No
es algo que se hace de la noche a la mañana, pero…
Cada vez que se mencionaron licitaciones y/o desarrollo de
obras, cuyo trámite inexorablemente ha debido pasar por el análisis del
Honorable Concejo Deliberante, muy poco o nada se ha dicho sobre sus montos;
empresas adjudicatarias; y otros detalles que sería bueno que tuvieran
conocimiento público. Nones al periodismo, cuando se consultó.
En nuestro caso en particular – DIARIO VILLARINO, o sea
medio siglo a punto de cumplirse en la función periodística– sobre fines del
calendario anterior (2018) requerimos información sobre la puesta en vigencia
de la OMIC, creada por ordenanza sancionada por el Concejo Deliberante en su
momento.
Se alegó, por entonces, que el cuerpo parlamentario (de
quien dependería ese organismo local) había generado una “superestructura”,
altamente onerosa para el municipio. No se intentó (o no se lo dijo) modificar
el esquema proyectado y ponerlo en vigencia. En rigor, ¿será acaso que se
prefirió anular su funcionamiento por no tenerlo bajo la égida del Departamento
Ejecutivo?.
Y pasamos a hechos que se han transformado en costumbre y
sobre los cuales tenemos particular interés, porque se trata del manejo de la
relación entre municipio y medios (periodísticos).
Al comienzo de cada ciclo anual, el ejecutivo fija una
pauta, de manera unilateral, sin siquiera consultar a los responsables de
radios, cables, sitios digitales y cualquier otra forma de expresión
informativa si la hubiere.
Caprichosa y paralelamente, se establece que la pauta se
mantiene en el período marzo-noviembre, dejando en blanco, como si nada
sucediere digno de ser informado, durante los meses de diciembre (en este 2019
asumieron nuevas autoridades); enero y febrero.
La pauta, hoy en día, pese a la anormalidad en que se
desenvuelve el país todo, no alcanza a emular, de algún modo, la vigente en
noviembre de 2015 (¿los costos, de otro orden, no se han modificado para el
municipio desde entonces?).
En la materia y digna de ser tenida en cuenta (salvo para el
intendente y su equipo), la mecánica de relación (municipio–medios), atraviesa
incontables obstáculos, sobre los cuales se hace caso omiso desde siempre.
En últimos actos públicos de cierta notoriedad; la Fiesta
Nacional del Ajo y el acto (sesión del HCD) de asunción del intendente y los
funcionarios, se rindió desacostumbrado homenaje a un medio (otrora de la
región, un hecho que conocemos a la perfección), en la misma medida en que se
ignoraba a los locales, dignos de reconocimiento por su consecuencia con el
devenir distrital.
Y el broche de oro: el intendente (y la “familia real”) nada
han dicho de un suceso político no menor: el pase de la agrupación vecinal a
las filas del kirchnerismo, sin explicar a unos 9.000 votantes que lo apoyaron
el 27 de octubre, las razones de ese cambio.
En otras ocasiones, el Lord Mayor había invitado al
periodismo para su “balance” anual y un atisbo de saludo.
No lo hubo en este
final del 2019. Prefirió tomar sus vacaciones. Tiene derecho…