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Amigas son las amigas: Luciana Stefanelli y Valeria Ruiz, después de la sesión del 4 |
Fue final de un
período… Nos “inquieta” el futuro, que anhelamos sea bueno (¿o mejor?).
Gracias, muchas, a los que se van…
Sí, parece que
fue ayer. Pero no.
Desde 1970, ya a
punto de llegar al medio siglo de DIARIO VILLARINO, y aun con largos períodos
sin democracia vigente, pasaron no pocos concejales por las bancas del
Honorable Concejo Deliberante.
Hubo sesiones los
sábados a la tarde, a la hora de la siesta.
Las hubo mientras
avanzaba la noche, los viernes; terminaban en el restaurante de la ruta, cuando
se hacía casi madrugada; o se prolongaban en alguna casa de familia, con picada
o café; y con el análisis de lo ocurrido, cualesquiera fueran las opiniones de
cada quien.
Y llegó el
momento en que se hizo costumbre que se deliberara los miércoles, cada 15 días,
empezando tarde, porque las charlas de antesala demoraban la “labor
parlamentaria” y las sesiones propiamente dichas principiaban cuando debían
estar terminando.
No hubo caso,
salvo honrosísimas excepciones, que los ediles “se pusieran en caja”, para
cumplir horarios (¿o cambiarlos?); y que todo fuera un poco más normal.
Como para cumplir
la regla, de uso práctico y no teórico, la última de esta vez (prórroga del
período ordinario) “encajó” en lo que debería ocurrir siempre: empezó a las 11
y terminó una hora y minutos después (el pasado miércoles 4).
Es cierto que en
no mucho tiempo, hubo varios presidentes (“Bartolo” y “Lucho”, entre ellos,
elegidos aunque fueran minoría).
Y llegó el turno
de (Omar) Promenzio, que preside el cuerpo cuando llega la hora de un nuevo
período que, para el cuerpo legislativo, comenzará el venidero martes (10), con
la jura de los nuevos ediles, desde las hora 11.
En el intermedio,
se fue Horacio (Brión), quien pese a reiterar su pedido, nunca consiguió que
algo cambiara para bien en la mecánica. Pero dejó un imborrable recuerdo; y no
sólo por haber presidido, por ser el de mayor edad, alguna breve transición
entre lo que terminaba y volvía a empezar.
Tantas fueron las
cosas, de la más variada naturaleza, que resultaría interminable enumerarlas
aquí.
Alguna vez, en la
Semana Santa del ’87, hasta alguien intentó declararnos “no gratos” para el
cuerpo, aquella vez de “la casa está en orden” (domingo de Pascuas de ese año),
en palabras del siempre valorado Raúl Alfonsín.
Otra vez, un
presidente de turno, esperó que nos fuéramos del recinto (con el recordado
“Fogonazo”) para criticarnos en ausencia. Valiente el hombre.
Pero todo, en
fin, se transformó en anécdota, andando el tiempo.
Rescatamos lo
último, sin que importe demasiado hablar de si fueron los 2 o 4, los años del
período que terminó ya.
Se fueron tantos
y llegaron otros tantos para iniciar un camino, que olvidaríamos nombres y
actitudes, si intentáramos rescatar cada instancia.
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Ultima vez: Orestes Villalba y Alejandra Garayeta (Juntos Cambiemos Villarino) |
Algunas veces,
antes, por si acaso. Y esperamos, mientras los concejales, yendo y viniendo,
intercambiaban diálogos, antes de la casi inútil parlamentaria (porque después
el debate era todo lo contrario y menudeaban los cuartos intermedios; ¿cierto,
“Tony”?).
Ya fue,
simplemente, un cúmulo de anécdotas.
El pasado
miércoles (4), nos fuimos pronto.
En el camino,
rumbo desde Médanos hacia Bahía Blanca, como siempre, a disímiles horarios,
pensábamos en cuántas cosas han pasado y que difícilmente volverán a ser
iguales.
En los últimos
tiempos, nuestra presencia se convirtió en algo natural en el concejo. No
sabemos demasiado si para bien o todo lo contrario. Hemos sido observadores y
comentamos según visto y oído en cada sesión. No mucho más que eso, pero
tampoco menos, porque a la hora de editar (y algunas veces “adivinar” lo que no
habíamos entendido), lo hemos hecho con la mejor de las intenciones.
Incluso, no pocas
veces, al terminar las sesiones hemos consultado, grabador en mano, para que
los protagonistas reales nos explicaran todo o algo de lo ocurrido. O
llamándolos después, por alguna duda, porque aunque conocemos algo del RI
(reglamento interno), eso no nos alcanza.
Hay algo cierto.
Según cantan las
normas y las realidades, sabemos sí, que ya no estarán, por ahora al menos, en
el recinto, Valeria y Diego, de los verdes; Orestes, del nuevo bloque; Juan
Cruz (pensando en el 2021 y 2023) y Fabián, de ese bloque del que desconocemos
cómo se llamará (y sería bueno que su título sea más acotado, ¿peronistas, por
qué no?).
Seguirán Carolina
y Nacho (que renovaron mandato); “Tony” y el “Conejo” (reelectos, si no hay
cambios desde el oficialismo); y volverá (nunca estuvo en rigor, salvo para
jurar y tomar licencia dos años enteritos) Ariel Scorolli, quien anduvo jugando
a las escondidas en las últimas semanas hasta “blanquear” su futuro el pasado
viernes (6).
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Ariel Scorolli y su gente de "Burato", despidiendo anticipadamente el año que se va. Él se integrará al HCD |
Hay un pequeño
detallecito a tener en cuenta. Dijimos que Veremnenchik sería el que accede a
una banca (porque Alemany y Silva se quedarían en el ejecutivo, como hasta
ahora). Pero en el orden, prevalece Gloria Pailemann y hasta lo que nos dijeron
en últimas horas, sería ella quien ocupe un escaño. Sí, el “Conejo” dejará su
lugar del 2017 al hasta ahora director delegado de la UGM de Mayor Buratovich.
Buen acertijo el que generan los verdes con sus cambios.
Hay quienes
siguen, con dos años más de mandato, como Cristina (Iriarte), Ariel (Romero),
“Lucha” (Stefanelli); Omar (Promenzio,
¿más presidenciable?); y Alejandra (Garayeta, con bancada unipersonal de ahora
en más).
Habrá caras
nuevas: Virginia (Fornasier); Natalia (Kunusch); Susana (Velásquez); y Mauro
(Koch). Y lo apuntado, sobre (Gloria) Pailemann.
Cualquier otra
variante, escapa, si ocurre, a nuestro manejo, por acostumbrados que estemos a
“adivinar” el curso de los hechos.
Nos queda, en
nuestro interior, una rara sensación, que tuvimos en el regreso a casa, y que
se prolonga, cuando escribimos, sin saber, para nada, del futuro.
Nos inquieta, y
nobleza obliga a decirlo, qué sucederá de aquí en más.
Son tantos los
años, que llevamos a cuestas, que sólo pensamos si aquello que alguna vez
criticamos, seguirá siendo bueno, de cara a lo que viene.
Tendremos
imágenes de lo pasado, cuando cambien las fotos. Sentiremos añoranzas, sí, a
las que cada vez estamos más unidos…
“COSAS”, AL
PASAR, QUE ESTÁN EN EL RECUERDO…
Daniela Lebed,
con Agustina, la “concejalita”, en sus brazos, mientras daba ilustrativas
razones en apoyo de alguna medida.
Marcelo “Araña”
Diez, que habló poco pero que alguna vez generó no poca polémica.
Cuando
descubrimos a través de un acta (que nos entregó Sandra Coscia, por entonces
secretaria legislativa), que un edil peruca había dicho de todo en contra
nuestro, y al que sorprendimos, sábados después, con la versión real, en
nuestro diario de papel.
Que no pocas
veces, hicimos “de nuevo” el orden del día, al editarlo puntualmente. Hasta que
se llegó, hace algún tiempo, a la redacción más ajustada a lo que reclama un
medio periodístico escrito.
Que alguna vez
nos emocionamos, mucho, cuando nos entregaron –otra vez, ¡¡¡gracias!!!- un
reconocimiento por los años 60 años ejerciendo el periodismo.
Que otra vez, el
14 de agosto de 1987, hicimos “responden los candidatos”, un acto que hizo
época en su tiempo, en el propio recinto legislativo.
Que estando en
prensa municipal (fueron apenas 3 años, en medio siglo), eran los concejales de
la oposición (¿…?) que más visitaban nuestra oficina, en tiempos del “Zorro”.
Que Horacio
(Brión) fue quien más “usó”, eso del “derecho a réplica”, cuando algo que
publicábamos no le gustaba. Y lo decía, respetuosamente.
Que discutimos, y
mucho, en su momento, con Liliana Payva, sobre temas legislativos del momento.
Pero de igual modo, nunca dejó de entregarnos valioso material de su gestión
parlamentaria. Y no fueron pocas las veces que en su casa se prolongaron los
debates de momentos de sesiones. Edil de lujo, si las hubo.
Mientras
avanzaron los tiempos, ya encima del cierre que estamos comentando, se optimizó
la relación entre DIARIO VILLARINO y la mesa ejecutiva del HCD. ¡Gracias!, Omar
y Adrián. Y también Aldana, que es la que está, en soledad ahora, en la
secretaría administrativa del cuerpo. Y no olvidamos a las secretarias de
bloques, a quienes molestamos de continuo y nos respondieron con toda su buena
voluntad.
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"Después de cuatro años compartidos", dicen... |
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