viernes, 17 de abril de 2020

MÁS DEL “CASO ASCASUBI”, CON UN DOCUMENTO INCONTRASTABLE


Un audio por demás revelador sobre la situación planteada que afecta a una trabajadora 
cooperativista


Ya hemos citado, con los pocos datos que la gente se ha animado a suministrar, lo ocurrido, este jueves (16), en Hilario Ascasubi.

Una imagen, incluso, ha servido a manera de testimonio sobre la situación planteada.

Y en la mañana de este viernes (17), un proyecto de comunicación, elaborado horas antes por el bloque del Frente de Todos, y rotulado con el número 12.799, a la hora de su ingreso al Honorable Concejo Deliberante, ha oficializado, de algún modo, la gravedad del hecho en sí, para que adquiera estado legislativo a nivel municipal.

Puede admitirse, incluso, que la viralización del tema e incluso su exteriorización a nivel nacional, a través de la edición central de "Todo Noticias", ha generado un ambiente que flaco favor le hace a Villarino, en contrapartida de la mentada proyección que intenta, en otros ámbitos, el intendente Carlos Bevilacqua, tan afecto a hablar, en sus discursos, de la imagen que cree haber conseguido con su viaje a Colombia; o con sus contactos políticos y sus enlaces, en los temas de medio ambiente en los que ha puesto énfasis; y no hay razón valedera para negarlo.

Pero claro, una cosa es la imagen que intenta darse (había una reunión de alcaldes a la que iba a concurrir a comienzos de mes en San Carlos de Bariloche; frustrada por la cuarentena); y otra, muy distinta, es la que alcanza a percibirse cuando en algún hecho cotidiano, “se les escapa la tortuga” y no pueden evitar, su exteriorización.

Entonces, aunque consiguen el silencio cómplice de los medios subvencionados con la pauta oficial (o con la promesa de otorgarla cuando mejoren las finanzas municipales, de las que no se habla porque no atravesarían su mejor momento), no pueden silenciar, salvo con apremios, lo que en profusión satura las redes sociales; o bien –no nos adjudicamos nada que no hayamos hecho como norma desde siempre se pone de manifiesto en el contenido (siempre serio y no ocasional) en DIARIO VILLARINO.

Está claro que desde las malas artes de las que echa mano el oficialismo (urdidas probablemente por el inefable “picasesos”, o sea, aquel a quién pueden echárseles las culpas internamente, pero se lo usa para entorpecer el trabajo de medios como el nuestro) aparezcan quienes pretenden negar autenticidad a lo que decimos; y, por otro lado, quienes se molestan torpemente, cuando aludimos al silencio de la gente, real, porque difícilmente se expresan frente a realidades serias como el sonado caso del abuso laboral provocado hacia una trabajadora cooperativista de Hilario Ascasubi.

Nos ha venido a cuento –y cayó como anillo al dedo un posteo hecho a propósito de la cuestión y que transcribimos en lo sustancial: “el fondo de la cuestión es que se está en cuarentena obligatoria y el municipio es responsable por el cumplimiento de la misma en su ámbito. De manera que debe reducir al máximo las tareas que desempeñen sus trabajadores. Porque el gobierno garantiza que todos perciban sus haberes. Ese delegado tiene un montón de preguntas que responder. Y hay que cuidar a la trabajadora de las represalias”.

Está demasiado claro que quien ha ejercido presión en este polémico tema, es el director delegado de la Unidad de Gestión Municipal de Hilario Ascasubi. No hay lugar para la menor duda, bien es cierto que no puede soslayarse que ha recibido directivas de sus superiores (el propio intendente; o de quien maneja la cartera política municipal).

Sea cual fuere el funcionario que ha dado la orden, hay una responsabilidad.

Pero para intentar desentrañar cómo ha sido la cosa, bien vale la pena echar mano de un audio, del que son protagonistas, de uno u otro modo, la trabajadora en cuestión, por un lado; y el apoderado de la cooperativa, por otro.

Los casi 20 minutos de la conversación, aun con sus repeticiones, no tiene desperdicio:


Sabemos algo: más allá de esclarecer un tanto ciertos aspectos del tema, la divulgación de la charla (ya son muchos los que saben de su contenido) apunta a clarificar (porque hay quienes, adrede, quieren negar la cosa) lo sucedido. Y que cuando “se carguen” responsabilidades, “caiga” quien debe caer. Y que no se disfrace la realidad.

Parece ser que grabar conversaciones se ha convertido, en no pocos casos, en un arma de doble filo. Y anhelamos que, en esta ocasión, no se use en detrimento del más débil.

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