lunes, 20 de diciembre de 2021

REPASO DE UNA NOCHE DISTINTA…

 




Fue el viernes (17), en la sala de situación del municipio; en el Centro de Monitoreo; y en la bodega “Al Este”, de Daniel Di Nucci. El intendente junto a los medios…

Estuvimos, el pasado viernes (17), en Médanos, respondiendo así a una invitación (unos dos años pasaron desde una “última vez”) formulada desde el área de Gobierno del Municipio de Villarino.

En realidad, la propuesta, según se apreció después, era para participar de una suerte de encuentro de “fin de año”, desde el ejecutivo municipal, con los representantes de los medios de comunicación que operan en el distrito.

Así fue la cosa, bien entendida; sin grabadores a la hora de escuchar, en la sala de situación del palacio comunal de Moreno 41 de Médanos, una exposición del intendente.

No hubo lo que puede rotularse como “anuncio”, ni mucho menos.

Sí, es cierto, una exposición del jefe de gobierno acerca de los ejes fundamentales de su gestión. Por lo hecho en los últimos tiempos; y por lo que se hará, en perspectiva, en lo que vendrá, cuando están restando virtualmente dos años más de gobierno.

Como no hubo preguntas, Carlos Bevilacqua fue explayándose con perceptible naturalidad. Sin elogiar su acción de gobierno; sin reproches (que hayamos entendido como tales) a quienes le antecedieron en el gobierno de Villarino en unos cuantos años; y trazando,  también como pudimos comprenderlo nosotros, un plan para los años que vienen, el 2022 y el 2023, que marcarán el final de su segundo período al frente del dilatado partido que le ha tocado en suerte gobernar (desde el 2015).



Si la capacidad de absorción no nos juega una “mala pasada” (de la que no estamos exentos a 65 años de haber iniciado nuestra actividad periodística profesional; y a los 80 que llevamos vividos), diríamos de 4 alternativas sobre las que abundó en algunos pormenores.

Una de ellas, la primera, fue la de seguridad. Enumeró algunos hechos del pasado que ya no se repitieron felizmente (el asalto a un banco; y la muerte de un efectivo policial, entre ellos); lo que pone en evidencia una notoria mejoría en todo Villarino, respecto de ilícitos y otras yerbas.

Lo educativo, visto desde la aplicación  de la robótica, para poner al alcance de todos los máximos adelantos tecnológicos. Y en esa materia, no dejó de destacar lo que ya se ha hecho, dando forma al centro cultural y educativo de Mayor Buratovich, donde se han puesto en valor las instalaciones que fueran de la Sociedad Española de esa localidad.

La ejecución de las acciones en materia de ambiente, con la valoración del Vivero Argerich; la conjunción con municipios que trabajan en favor del cambio climático; y la valiosa participación de entes internacionales que han aportado lo suyo en la financiación de los programas desarrollados y los que vendrán en el futuro.

Y, finalmente, la reforma administrativa en ciernes para lograr la “despapelización” del municipio; y el desarrollo de la digitalización de la comuna (¡se terminarán los vetustos bolsines!), dando agilidad a tono con la época, a todo el “tramiteo” de la Municipalidad de Villarino, incluyendo por igual a todos los pueblos.

Inequívocamente, nos llamó la atención la descripción que Bevilacqua hizo. Esencialmente, pudo explayarse sin ser interrumpido con preguntas; y eso confirió más naturalidad a su relato.



Lo siguiente – visita al Centro de Monitoreo – sirvió para confirmar, de algún modo, la trascendencia de ese lugar de “verdadero privilegio” del municipio. Y decimos esto porque desde allí, en tiempo real, puede tenerse una visión palpable de lo que está ocurriendo a cada instante en la extensión del distrito.

No lo conocíamos y, sinceramente, nos sorprendió, sin necesidad de conocer a full detalles técnicos para los cuales no estamos preparados, pero tampoco somos ignorantes. Eso tiene un valor seguramente insospechado, que la gente no conoce.

La etapa siguiente, ya bien entrada la noche, fue concurrir a la bodega Al Este, de Daniel Di Nucci.

Allí, el dueño de casa hizo historia del quehacer vitivinícola de la provincia de Buenos Aires y de Villarino en particular. Siguió guiando cómo conocer, de algún modo, “la calidad” de lo que se toma.

Y más tarde, ya ubicados frente a la larga mesa de manteles blancos, pudimos disfrutar del sabrosísimo asado que estaba preparado. Una exquisitez, que nos hizo recordar algunos tiempos pasados, remotos por cierto, en los que sentimos verdadero placer (en la quinta del otro lado de la ruta) al compartir algunas tenidas gastronómicas, que se repitieron, hace unos cuantos años, en la propia bodega. Y que tuvieron un antecedente digno de ser dicho: cuando ¡Don Luis! Nos recibía en su propia casa, más de algunas veces, para deleitarnos con cenas de igual “sabor”.

La noche se prolongó, como para redondear, al comienzo del sábado (18), una noche de viernes para recordar. Sin duda alguna…

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario