El tema no es nuevo, para nada.
Puede decirse, sin temor a equívoco, que Chapalcó, excelente
recreo turístico de Villarino, lo sufre casi desde su misma existencia.
Algunas veces más; en otras un poco menos; pero siempre, un
fantasma latente, que se acrecienta cada verano.
Este pasado miércoles (11), anduvo por allí, gente de EDES, llegada
desde Médanos, para reunirse con los vecinos.
A favor de una jornada un tanto más “fresca” (al menos
respecto del rigor de días anteriores) hubo una reunión.
Los vecinos plantearon a los visitantes las innumerables
dificultades que han debido sortear a raíz, de los cortes de luz, por un lado;
y las oscilaciones en la tensión, que han provocado la quema de distintos
artefactos en no pocos lugares de la villa.
¿Soluciones?. En el corto plazo -¡ya!- poco menos que
imposibles. Todo, girado, cuanto menos, a marzo.
Pero para explicar mejor la situación, DIARIO VILLARINO
habló con Jorge Norberto Lentochnik, vecino de la localidad (con un complejo de
cabañas instalado allí), cuya gentileza de atendernos mucho agradecemos. Esto
nos dijo:
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