Verdadero lujo para Médanos y todo Villarino…
Corrían los años ’70 y el diario de papel era el único medio
– con errores y alguna virtud aislada – que comentaba la actualidad de
Villarino.
Fue por entonces – otros tiempos, es cierto – que se entabló, en las páginas del periódico, la polémica, entre dura por un lado y risueña por otro, de lo que nacía como centro municipal de deportes.
Es “un cajón” o “un galpón”, se decía.
Nuestro medio, ya vigente, “encendió”, de algún modo, la discusión (“pueblo chico infierno grande podía encasillársela”).
Hubo dos protagonistas esenciales: don Manuel Jorge Bermejo,
intendente; y don Luis Antonio Di Nucci (fue “Página 3, alguna vez en nuestro
tabloide). Uno, respaldando lo que era una obra municipal necesaria para la
práctica de distintas disciplinas deportivas; y otro, vinculado por cierto tiempo
a la obra pública cuando el doctor Juan Constantino Drisaldi fue jefe de la
comuna.
Sin duda y más allá de las distintas posturas adoptadas, ni
uno ni otro, alcanzó a dimensionar en qué se convertiría aquel cajón o aquel
galpón, cuando pasaran los años.
Ayer, miércoles (27) estuvimos en la calle Medrano al 300 de
Médanos.
El subsecretario Omar Promenzio, delegado en la Unidad de Gestión Municipal de la ciudad cabecera, nos facilitó la recorrida. En algún momento, apareció por allí (cámara en mano), Pablo Pereyra (que oficia por estos días, como responsable de campaña verde, sin que eso tenga nada que ver con nuestra visita). Ambos tomaron algunas secuencias fotográficas.
Lo que pudimos observar, en la recorrida, fue una de las
obras más espectaculares que se hayan hecho en todo Villarino en décadas.
Nos referimos al natatorio municipal, una verdadera belleza,
a punto de ser terminada, cuando se está trabajando en los detalles finales de presentación.
Vimos los vestuarios; los sanitarios; los ventanales; las aberturas ya colocadas y las que se pondrán en próximos días; las calderas… y un sinfín de detalles, que acompañan a la pileta (12,5 por 25 metros) en las que se estaba trabajando en el pulido de los mosaicos.
Seguramente, algún experto en piletas de natación o
entendido en estructuras edilicias de todo tipo, podrá explicar con mayor
precisión cada una de las ventajas de obra que está a punto de concluirse, para
estar vigente en beneficio de una mejor calidad de vida para los vecinos de
Médanos y de todo el distrito de Villarino.
Francamente, es algo espectacular, al estilo de las obras que en los últimos 8 años se han desplegado en el distrito.
Bermejo y Di Nucci, que “discutían” entre ellos hace
alrededor de medio siglo atrás, bendecirán, con infinito placer, eso que está
convirtiéndose en una hermosísima realidad. O sea, mejor imposible…
¡¡¡Gracias, Omar Promenzio y Pablo Pereyra!!!.
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