A propósito de la polémica sesión preparatoria del HCD, del pasado viernes (4). Y lo que se viene, porque el oficialismo persiste en su postura equivocada.
Los largos años transcurridos en el ejercicio de la actividad periodística no inmunizan, si así puede decirse, acerca de aquello que puede ser sorpresa para otros, pero que no lo es tanto para quienes han hecho del manejo de la información un metier de toda la vida.
A través de más de medio siglo (que no es poca cosa) uno se ha encontrado frente a todo tipo de situaciones; también, ante protagonistas de los más impensados sucesos: de los muy buenos; de los naturales o normales; o de los insospechados. La cosa ha corrido desde lo insólito, a veces, a aquello que, simplemente, se ajustaba a ciertas costumbres asumidas, desde lo individual o desde lo comunitario.
Porque, aún en el cambio de modalidades (por los nuevos tiempos), hay situaciones frente a las cuales, casi siempre, se actúa de manera más o menos similar, cualesquiera sean sus actores.
Hemos comentado (ver este mismo blog) algo de lo ocurrido en la sesión preparatoria que, el pasado viernes (4), realizó el Honorable Concejo Deliberante de Villarino. Repasándolo brevemente, debe decirse que el oficialismo (o bloque que responde al intendente) “no bajó” (o “no subió”, según otra apreciación) al recinto. Que juraron los ediles (no todos, claro, sino los “nuevos” de la oposición). Y que fueron elegidos Luis Antoniuk, como presidente del cuerpo; Eva Elvira Nievas (como vicepresidenta primera); y Gonzalo Silva, como secretario del concejo.
Han trascendido, sin embargo, algunos otros detalles de la espinosa situación vivida en el momento; y de algunos pormenores, o entretelones, que darían por entendido que la cosa no terminó aún (al menos para algunos).
Según fuentes confiables, se supo que, este lunes (7), el edil Horacio Brión (retornado, se supone que definitivamente, al HCD, tras alternativos pasos por la Subsecretaría de Producción); y el concejal electo Guillermo Di Rocco (que todavía no juró su banca), se reunieron con Andrea Ciccioli, que fue presidenta del Concejo Deliberante, tras reemplazar en el cargo a Carlos José Ceferino Bevilacqua, pero que ya terminó su mandato, teniendo en cuenta que fue elegido Luis Antoniuk para esa función y que, por lo demás, ya estaría concluido su período como parlamentaria distrital. Del encuentro, según la misma especie, habrían participado Ariel Scorolli (¿cómo periodista acaso?); y una escribana de Bahía Blanca. No pudo conocerse, al menos oficialmente, el tenor de las conversaciones.
Sin embargo, en corrillos cercanos a Moreno 41 de Médanos, se supo que el oficialismo no reconocería a las autoridades electas el pasado viernes (4) y consideraría, además, nulas las deliberaciones que el HCD llevó adelante en esa jornada.
Como si eso fuera poco, la ex titular del cuerpo (Ciccioli), desconociendo que su ejercicio de la presidencia ya concluyó, habría convocado a una sesión extraordinaria para este miércoles (9), a la hora 19. Esa citación, a estar por los comentarios de los que se da cuenta en algunos círculos políticos, es considerada un “mamarracho jurídico”, resultante del pobrísimo asesoramiento con el que contaría, en estos aspectos, el ejecutivo municipal, que motoriza estas acciones, muy lejos, por otra parte, de la proclamada independencia de poderes.
Se ha señalado, en otro orden de cosas pero siempre en torno al tema que genera polémica por estas horas (más en los “mentideros” que en otras partes), que la validez de la sesión del pasado 4 (y las decisiones allí tomadas) está claramente amparada por el reglamento interno del HCD y la Ley Orgánica provincial. Ese día, se eligieron nuevas autoridades y los nominados tomaron posesión de sus cargos.
Desde aquello que es más anecdótico que real, se habla, a esta altura, de una presidencia “duplicada”: Antoniuk por un lado; Ciccioli por otro. Y esto surge a propósito de la determinación de ésta última de llamar a sesión a los ediles que ya cesaron en sus mandatos, creyendo que siguen en sus escaños hasta el día 10 de este mes.
A manera de ilustración sobre el tema, es oportuno señalar que hay un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires que, en el año 1964 (en la causa SCJBA, agosto 25 de 1964, ED, 14-312), dice de manera clara: "dado que los artículos 18 y 19 del decreto ley 6769/58 dispone que reunido el Concejo Deliberante en sesión preparatoria en la fecha fijada por la Junta Electoral, procederá a la elección de autoridades, y que dicho decreto ley no determina la duración de esas autoridades en los respectivos cargos, debe admitirse que durarán hasta que sean renovadas en las próximas sesiones preparatorias convocadas por dicha Junta Electoral, sin que el hecho de que el reglamento interno disponga lo contrario pueda invalidar esta conclusión”.
Por si acaso, se sabe que este mismo miércoles (9), será presentada una nota para que se rectifique dicha convocatoria por error. Si no prosperara esa solicitud, y se ratificara la citación, habría otras derivaciones en el tema, de insospechadas consecuencias.
Hay, en tren de citar entretelones de la cuestión, otras aristas no poco filosas. Es cierto que había una costumbre (más de uso que de norma), en Villarino, de hacer una sesión preparatoria y, luego, el mismo día, una constitutiva, con entrega de diplomas; algo más de corte familiar (o protocolar) que institucional. En rigor, es la preparatoria la que debe poner en posesión a las autoridades. Lo otro, una mera costumbre, que podría justificarse más plenamente en el caso de la asunción de un nuevo intendente (como ocurrió en el 2005).
Más en lo que sí merecería tenerse en cuenta (por sus implicancias como mecánica) es lo que realmente pensó hacerse (y no pudo llevarse a cabo) el pasado viernes (4).
El oficialismo, según es ahora vox populi, intentaba realizar una sesión extraordinaria para aprobar la licencia del intendente (Raúl Mujica) y generar así la asunción de Bevilacqua (al que por otra parte se le negaba, paradójicamente, la posibilidad de mantener su banca de Integración y Movilidad Social).
De esa manera, y con el edil relevando al jefe del gobierno comunal, ocupaba el escaño un edil suplente (del oficialismo), para establecer una votación 7 a 7 en la elección del presidente del cuerpo legislativo. En ese caso, sí, la Ley Orgánica expresa que el titular del HCD lo designa la lista ganadora en la última elección.
Ese era el propósito del bloque que respondería a Mujica, cuya licencia, se dijo, estaría motivada en una cuestión de “estrés laboral”. En rigor, todo apuntaba a “sacar a Bevilacqua” de la votación. ¡De no creer!, diría Susana Giménez, para encontrarle algún rasgo risueño a la cuestión. Eso, sin contar que el cálculo del período de la licencia pedida no contemplaba días hábiles, los que son de uso en la administración pública. Porque, del 4 al 10, que se sepa, no son 5 los días hábiles que exigirían el pedido de licencia.
Dos acotaciones para el final: una, aquello de la capacidad de sorprenderse, o no, después de más de 50 años haciendo periodismo, puede encontrar, en Villarino (aunque lo veamos casi desde afuera), la excepción que confirma la regla; y dos, algo que no es la primera vez que expresamos y es la curiosidad por saber quién asesora al intendente en los temas que están en el candelero de este momento. Si, como hemos dicho en más de una ocasión, es la cartera política (sí, la de Gobierno), urge, para Mujica,
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