jueves, 21 de julio de 2011

SE FUE HEBE. SU RECUERDO SERÁ IMBORRABLE





No se trata, aquí, de hacer lo que sería un obituario convencional. Pecaríamos, al hacerlo, de una serie de carencias (por la “data” que le dicen, ahora), propias de no haber acopiado, por décadas, materiales valiosos, si de las generaciones futuras se trata.

Por eso, alguna vez, se nos ocurrió sugerir que el municipio instrumentara un “archivo de la memoria”, que rescate hechos y figuras. Cayó en saco roto, como tantas otras iniciativas.

Hace muy pocos días, se fue Hebe.

Ella, como su hermana, Doris, formó parte de aquellas jóvenes de otras épocas, a quienes conocimos en otros tiempos. Porque estudió en el Colegio La Inmaculada de Bahía Blanca, en aquellos años de los ’50, en que era otra la vida.

Vivía en Thompson al 200, tocando con la esquina de la calle Fitz Roy, a escasos 50 metros de la casa en que uno transcurrió niñez y primera juventud. Por eso, podríamos decir, la conocimos desde siempre.

Ese tiempo y esa vocación, insondable, que nos ligó periodísticamente a Médanos y a Villarino, desde años remotos ya, nos permitió ubicarla, casi a diario diríamos, en ese lugar de la Municipalidad de Villarino conocido como la Secretaría de Gobierno, muy cerca de los titulares que a su turno ocuparon el despacho contiguo como funcionarios.

Algún memorioso, de esos que nunca faltan, recordará los esfuerzos de Hebe por evitar las tropelías que cotidianamente, y por años, ensayaron Claudio (Caraballo) y Chaly (Macedo), cada vez que inoportunamente quizás, ingresábamos a ese recinto.

Se había hecho una costumbre visitarlos, aunque en rigor de verdad, nunca tuvimos mucho que averiguar allí. Sólo que hay sitios y personas que motivan, aunque el interés informativo pase por otros carriles.

Alguna vez, el pequeño platillo personalizado que simbolizaba el premio “Cruz del Sur”, y que fue un humilde reconocimiento del periódico VILLARINO a gente que hizo cosas en el distrito, estuvo, por largos años, ocupando un lugar en la oficina de Hebe. Gratitud, quizás, a la constante labor que allí, casi imperceptiblemente, cumplían ella y sus jóvenes compañeros de otros tiempos pasados.

Hebe tuvo, siempre, un gesto amable, cordial. Y un recuerdo, imborrable, hacia quien (Teresita) se fue a gozar, como ella, de la gracia que tenía prometida, en un frío julio, pero del año 2000.

Es probable que eso, que nos trae a la memoria los años vividos muy cerca del más que centenario Colegio La Inmaculada, acentúe, por estas horas, la pena que provoca la partida de una mujer ejemplar, que lo fue en el más amplio sentido de la expresión.

Esa sensación, de vacío muy difícil de cubrir, es la que experimentan quienes compartieron muchas horas junto a ella. En la “muni”, respetable ámbito en el que ejerció docencia plena de cómo debe ser un agente comunal; en el Centro de Jubilados; y en su participación en los torneos bonaerenses, sólo por citar escalas de una vida de voluntad y de servicio.

Se fue Hebe Matilde Castelau de Santarelli. Tuvimos la grata dicha de conocerla y tratarla. Nos queda su imborrable recuerdo…

FOTO

De otros tiempos y de un álbum entrañable. Hebe, escribiendo. Junto a ella, Claudio (Caraballo) y Chaly (Macedo). No hace falta decir más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario