No se lo afirma, pero tampoco
se lo niega: habría avances. También, se habla de un préstamo de 150 millones
de dólares para iniciar la obra que llevaría agua del río Colorado a Bahía
Blanca y regaría el norte de Villarino.
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Licenciado Eduardo Maurizzio, subsecretario de Infraestructura Básica. |
En lo personal, asociamos el
tema con dos recuerdos que nos acompañan desde que tenemos uso de razón. Uno,
es el de las frustraciones en que cayeron las soñadas iniciativas que nacieron
del espíritu inquieto del ingeniero Domingo Pronsato (ejemplo perdurable, el
ambicioso Trasandino del Sur, reactualizado por etapas, no mucho más allá de
los operativos de prensa y las conferencias, mesas redondas y afines
prontamente sepultadas en el olvido).
El otro, más centrado en lo
personal, es la visión que tuvimos, desde chicos, respecto del río Colorado. No
teníamos idea, ni mucho menos, de su valor, pero le teníamos “respeto” cuando,
año tras año, llegábamos, en tren, a las peregrinaciones al Santuario de María
Auxiliadora, en Fortín Mercedes. Después de la misa, era costumbre “acampar”
cerca del río. Pero sólo estaba permitido, apenas, acercarse para ver el agua
que, como torrente, atravesaba el lugar con un caudal que llamaba la atención e
inspiraba “cuidado”. No mucho más.
Andando el tiempo, en los
inicios de la actividad periodística profesional (no como hobby sino como medio
de vida), tuvimos que escribir una y mil veces, a tono con los años
transcurridos, sobre la trascendencia del anhelado acueducto. Supimos del
embalse en Casa de Piedra y de muchos otros temas concurrentes que se rozaban,
todos, con el eje central: asunto de agenda, por un lado; y políticas de
Estado, por otro.
Nobleza obliga: nunca
entendimos, ciertamente, hasta dónde una obra de semejante magnitud era
factible o no, más allá de las precariedades de financiación, atendiendo a las
características técnicas, por un lado; y a la liberación de cupos (de los
cursos de agua), por otro. Un sinfín de oportunidades, tuvimos que comentar
reuniones interprovinciales; gestiones de distinto orden; análisis en el
COIRCO; y una variedad de situaciones de las cuales, abundando en la sinceridad,
debemos reconocer no haber sabido demasiado (o quizás poco y nada).
Un algo fue cierto: siempre, apareció el acueducto del río Colorado –aún ahora, en que se alude al poco caudal y el alto grado de salinidad– como inequívoca posibilidad de solución para la crisis hídrica de una importante región que comprende, no sólo el sector norte de Villarino (para brindarle riego que mejore sus metas de producción), sino también el abastecimiento de agua potable, en cantidad y calidad, para Bahía Blanca y Punta Alta.
Un algo fue cierto: siempre, apareció el acueducto del río Colorado –aún ahora, en que se alude al poco caudal y el alto grado de salinidad– como inequívoca posibilidad de solución para la crisis hídrica de una importante región que comprende, no sólo el sector norte de Villarino (para brindarle riego que mejore sus metas de producción), sino también el abastecimiento de agua potable, en cantidad y calidad, para Bahía Blanca y Punta Alta.
Hace unas pocas horas, nos
llamó la atención alguna expresión del
subsecretario de Infraestructura Básica y Social de la provincia de
Buenos Aires, que es el licenciado Eduardo Maurizzio, quien se refirió, en
Algarrobo, a obras de provisión de agua que están (algunas ya ejecutadas) por
la gestión de Daniel Scioli.
Pensamos que de igual forma en que se han encarado proyectos demorados (el de la solución de la crisis hídrica de Médanos es uno de ellos) no sería descabellado –pese a los agoreros y escépticos de siempre- que anduviera por algunos despachos oficiales bonaerenses el remanido tema del acueducto. ¿Por qué no creer que de una vez por todas se encare esa fundamental realización?.
Pensamos que de igual forma en que se han encarado proyectos demorados (el de la solución de la crisis hídrica de Médanos es uno de ellos) no sería descabellado –pese a los agoreros y escépticos de siempre- que anduviera por algunos despachos oficiales bonaerenses el remanido tema del acueducto. ¿Por qué no creer que de una vez por todas se encare esa fundamental realización?.
El caso es que se nos ocurrió
procedente, con las reservas del caso, una consulta a la intendenta municipal.
¿Por qué no, si Patricia siempre ha respondido?. Lo hicimos, aún a sabiendas
que no es un tema fácil, más allá de que ha estado, siempre, desde diciembre
2011 en que asumió el gobierno de Villarino, en la agenda de sus gestiones en
La Plata y Buenos Aires.
La doctora Cobello nos dijo,
al respecto, que la posibilidad de encarar la trascendente obra “no se ha
oficializado; pero sí tiene un importante avance”.
Un poco (o más) tendría que
ver con eso el hecho de que, en ocasión de la apertura de sobres para el jardín
910 y la Esucela Técnica de Mayor Buratovich
(se tomará como base para ésta última la edificación prevista
originalmente para un motel, por la Cooperativa Eléctrica y de Servicios de la
localidad) estuvo gente llegada desde La Plata y ligada a los ministerio
de Infraestructura y de Economía, como así a la CAF “para ver el trazado
del acueducto del río Colorado a Bahía Blanca”, según trascendió, aunque no
pudo obtenerse confirmación oficial sobre esa especie.
Anteriormente, además, habría
andado por la zona la ministra de Economía bonaerense, Silvina Batakis (junto a
enviados de CAF), al parecer en relación con el mismo objetivo: ver la zona de
la eventual obra. Es válido, también, que Patricia ha abordado en su momento el
asunto con el ministro Arlía, aunque esto no se puntualizara expresamente,
tantas han sido las decepciones
anteriores en la materia.
Sin embargo, de muy buena
fuente, se supo que antes de dos meses (se apunta a la fecha del 5 de
diciembre, sin que puedan darse precisiones), el gobernador (Daniel) Scioli
estaría firmando la documentación según la cual se recibiría, de la CAF, un
préstamos del orden de los 150 millones de dólares, para dar inicio a la
primera etapa del acueducto.
Se sabe, sí, que la intendenta
habría suscripto una autorización para que Infraestructura “utilice caminos
municipales”, para encaminar tareas preeliminares y futuras en relación a la
vía de traslado futuro del vital elemento (agua).
No obstante esa natural buena
predisposición requerida no habría tenido similar respuesta desde otro
municipio involucrado en la traza del acueducto y beneficiario directo de los
alcances de la espera obra. Si en esa postura incidirían, como elemento
principal, los alistamientos políticos de cara al 2015 es otra de las variables
que no tiene explicación, aunque en esto vale aquel dicho tan común, siempre
vigente: “somos gente grande”; u otro, que reclama “decir las cosas por su
nombre”.
A la hora de la verdad, más
temprano o más tarde, se sabe quién hizo y qué, en todos los órdenes, se nos
ocurre discurrir a manera de final. Por primera vez, casi, vemos con cierto
optimismo la cosa. Rogamos, porque bien hemos dicho que Villarino es “nuestro
lugar en mundo”.
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