
A la luz de los hechos sucedidos desde el 28 de junio en adelante, tras el adelanto de las legislativas, hemos dicho, más de una vez, que se avecinaba una “etapa caliente” en el devenir político de Villarino.
Pruebas al canto: casi de inmediato, fue “removido” el edil (Carlos Bevilacqua) que ocupó la presidencia del HCD desde diciembre 2007, sólo por el hecho de haberse alistado en Unión Pro, agrupación por la que se postuló para revalidar su banca (conseguida desde la “pata” peronista de la lista ganadora de las comunales de aquel año).
No duró demasiado la tranquilidad porque después de aquel suceso, el oficialismo cargó contra la nueva titular del cuerpo legislativo (Andrea Ciccioli) en menos que lo que canta un gallo. No sólo menudearon las críticas desde despachos del ejecutivo. La reacción, casi como un boomerang, se vio en algunas “votaciones” en el recinto de sesiones, adversas al gobierno municipal.
Podría decirse que los pobres manejos de la cartera política (entiéndase Silvina Zoraida Chcair y Miguel Parigiani, secretaria y subsecretario de Gobierno respectivamente) tuvieron la “virtud” (¿puede entenderse así la cosa?) de unir a la oposición, en un frente común, tras un “acuerdo legislativo” que sumó alguna adhesión más que lo que se entiende como grupo de raíz justicialista.
Cuando en otros lugares el período de cinco meses ya virtualmente transcurrido desde la compulsa electoral fue más bien nulo, desperdiciando casi medio año de gestión legislativa comunal (pero sin que nadie dejara de cobrar sus dietas, por supuesto), en Villarino asomó un desusado protagonismo de los ediles, poniendo de relieve, por si hiciera falta, la precariedad, en materia de gestión, de la numerosa legión de componentes del nivel ejecutivo municipal. En buen romance, más cargos para hacer menos.
Un ejemplo palpable, por lo demás, se dio respecto de la poco feliz intervención del DE (entiéndase intendente y subsecretario de Producción) en el tema de la crisis agropecuaria. Hizo falta que la oposición tomara cartas en el asunto para destrabar (ver informe por separado) la llegada a máximos niveles nacionales de Agricultura y Ganadería, por un lado; y la disponibilidad de recursos por 4.400.000 pesos con destino a la gente de campo.
No fue sólo eso. Por si fuera poco todo lo demás, el HCD capitalizó dos episodios no muy frecuentes: que el DE tuviera que poner manos en los papeles para empezar a instrumentar, tardíamente, los foros de seguridad (habrá que ver en qué termina eso); y que una funcionaria, aunque se insistiera en vericuetos para que no fuera así, tuviera que afrontar una nada común interpelación, después que se pusieran de manifiesto desinteligencias operativas que tienen que ver con la Secretaría de Gestión Pública y modernización del Estado (mucho título y pocas realidades, pese a la dedicación full time de algunos de sus funcionarios).
En ese clima, nos es casual que se haya encendido la alternativa de una conjunción de espíritu y objetivos comunes en la oposición parlamentaria lugareña.
A propósito, en la noche de este martes (24), se reunieron los concejales que quedarán, con mandato, después del 10 de diciembre (y hasta el 2011); y los que ingresan de ambos bloques (Unión Pro y FpV-PJ). La idea, que no es nueva, y que ya hemos comentado, es potenciar y apoyar los proyectos de las dos bancadas (acuerdo legislativo), teniendo muy en cuenta que ningún bloque, por sí sólo, tiene mayoría absoluta, por lo que están “obligados” a procurar “acuerdos y consensos”.
Por otro lado, los ediles analizaron un tema que se viene como instancia inmediata en la agenda deliberativa distrital: se trata de la elección de las autoridades del Honorable Concejo Deliberante.
A propósito, vale puntualizar que la Ley Orgánica de las Municipalidades, como también el reglamento del HCD señala que las autoridades serán elegidas, por los miembros del cuerpo, a simple pluralidad de sufragios (mayoría simple), y que únicamente en caso de empate el presidente será de la lista triunfadora en las últimas elecciones.
En el caso específico de Villarino, la oposición considera que “somos 8 contra 6”. Y han deslizado, interpretando la que sería “voluntad real de los miembros que componen el cuerpo”, que Luis Antoniuk será el próximo presidente del HCD y que Eva Elvira Nievas será la vicepresidenta primera. Además, dan por descontada la nominación de Gonzalo Silva como secretario del concejo.
Vale consignar, a manera de ejemplo, algo ocurrido en Bahía Blanca tras las elecciones del 2007. La lista ganadora fue la de Cristian Breitenstein. Sin embargo, a la hora de designar el presidente del HCD, fue nombrado Juan Pedro Tunessi, edil de la oposición. Viejas costumbres (más que normas) quedaron atrás. No hay dudas que cambiaron los tiempos y también las realidades.
Anticipadamente, un tema polémico (que generó intercambio áspero de opiniones) estaría dilucidado, camino del 10 de diciembre. ¿Hará algo el intendente Mujica para cambiar un rumbo ya definido?. Seguramente, deberá decidirlo sólo. ¿O se resolverá a patear el tablero, cambiando sus “asesores”?. Caso contrario, se acentuarán los nubarrones para los dos próximos años de su gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario