Vecinalistas regionalizan su identidad
“massista” (¿o no?). El conflicto con cebolleros que deja no pocas dudas. Y,
ahora, la convocatoria –por tres días- al predio ferroviario de Médanos.
Este hecho político ya mereció
nuestra atención, bien es cierto que por su índole regional le dimos espacio en
nuestro sitio digital de LA TRASTIENDA DE
BAHIA. De todas maneras, como lo que abunda no daña y hay ahora una
alusión directa a protagonistas del distrito, nos referimos al comunicado emitido
por prensa de Acción por Villarino.
Dice el informe de los
vecinalistas que “fuimos recibidos por el intendente municipal (de Bahía
Blanca), Gustavo Bevilacqua, junto a integrantes de la Liga
Vecinalista e Independiente de la sexta sección electoral”, añadiendo que se
dialogó “extensamente sobre las problemáticas locales y regionales,
destacándose la influencia que guarda la ciudad anfitriona para el resto de la
sección, considerada una de las cinco más grandes del país”.
Cita además que “algunos de
los exponentes calificaron a Bahía Blanca como ‘el gran faro regional’ o ‘la
capital... de la sexta sección’, destacando su importancia en el contexto
provincial y la relación que existe con los diferentes distritos, especialmente
en materia de educación, salud, comunicaciones y servicios”.
Concluye expresando que se
coincidió “en la necesidad de trabajar en una agenda común, para lo cual puso
(el dueño de casa) a disposición equipos y asesoramiento técnico”.
Hasta allí, es lo que se
refiere a un contacto –con el Lord Mayor bahiense- que fue posterior a un
encuentro que los vecinalistas de la sexta tuvieron en Coronel Pringles.
Pero parece ser que el
movimiento continúa. Y es tan así que para este viernes (14), está anunciada una
actividad que se desplegará en la ciudad de Coronel Dorrego, con la participación,
incluso, de los referentes del vecinalismo de Villarino (de allí su mención aquí).
La liga vecinalista regional
iniciará su jornada en la finca Rumaroli (ruta 3, kilómetro 591), un
emprendimiento olivícola del distrito dorreguense, luego de lo cual seguirá en
la sede de Empleados de Comercio; y en la Asociación de Comercio e Industria, donde se
brindará una conferencia. Allí mismo, se supo, el nuevo nucleamiento político
regional mantendrá su reunión, a agenda abierta. Concluirá todo con una cena.

En otro orden de cosas, no ha
pasado desapercibida, en el ámbito distrital, la situación de profundo malestar
–y otros estados anímicos- que provocó el corte de la ruta 3, a la altura de Fortín
Mercedes, orillando el kilómetro 809, y llevado a la práctica en los últimos días
por trabajadores cebolleros y contratistas, según refieren los informes.
La gravedad del caso no fue
poca, con destrucción de bienes (alguna camioneta de un ente oficial, con más
la casilla del fitosanitario cercano a Pedro Luro y el vehículo particular de
una agente policial, entre otros daños); y lo que es altamente riesgoso, como
las agresiones registradas, que excedieron el límite de un reclamo.
Si bien es cierto que se da
como un hecho un paréntesis en el conflicto, que se prolongaría por espacio de
unos 20 días (según alguna versión); o se habla de una reunión entre el lunes
(17) y el martes (18), desde otra visión, a nadie escapa que hay algo no
demasiado claro en el origen de este afligente cuadro de situación.
Si algo motivó curiosidad –y fue
epicentro de no pocas conversaciones- lo ha sido la ausencia de un “líder” (por
denominarlo de alguna forma quizás no demasiado adecuada); y, por contrapartida,
las manifestaciones, no pocas airadas, de quienes personalizaron la protesta,
sin coincidir mayormente, en las formas, con otros circunstantes que pretendían
sostener un mismo criterio.
Es cierto que se adjudicaron
los disturbios (el corte de ruta ya lo es esencia, aunque se lo haga en forma
pacífica, porque está conculcando derechos de tercero) a los trabajadores. La duda
reside en desde dónde o por quiénes han sido inducidos a peticionar, fuera de límites
razonables, que no se cumplan requisitos elementales que, en otros casos, son
el “eje de la batalla” (trabajar en blanco, el más notorio).
Otro detalle no menor lo ha
sido que, hasta lo que puede saberse, la intendenta municipal –que con justa
razón negó tener ingerencia directa en la cuestión- no haya estado en
conocimiento de operativos de fiscalización, por cierto ásperos, en territorio
que está bajo su jurisdicción gubernamental.
Si la AFIP y concurrentemente ARBA;
y también el Ministerio de Trabajo, actuaban en la zona de riego donde se hace
la zafra cebollera, ¿puede ser que esos entes oficiales no hayan dado
conocimiento de ello a Patricia Cobello?. Aún desde el cumplimiento estricto de
lo que está normado, ¿no era aconsejable una cierta morigeración de los
operativos? (sobre todo atendiendo a las consecuencias que el cuadro de situación
originó).
Sin duda, lo ocurrido abre un serio
interrogante, que podrá develarse con el correr de los días, pero que sugiere
la falta de oportunidad de una mecánica; y una cierta desaprensión en el
momento de intervenir en los campos.
No puede dejarse de lado que
el incidente, grave en sí mismo (porque hubo amenazas incluso de mayores
excesos), revela un estado de cosas al que alguien, desde el ejercicio de su
autoridad, debe ponerle coto.
Cambiando el ángulo, se está a
sólo horas del inicio de la 48 Fiesta Nacional del Ajo. En otros momentos, no
tan lejanos por otra parte, eso le cambiaba el ánimo a todos, volcados a lograr
que el evento fuera un éxito desde su apertura hasta su cierre, por el grado de
convocatoria que ha generado siempre, históricamente.
¿Será acaso, el fin de
semana?, el momento justo para que renazca un espíritu de menor grado de exasperación.
Es lo deseable, en lo que todos, cada uno desde su lugar, deberán aportar lo máximo
que puedan…
QUE LOS CONTRATISTAS HAYAN HECHO ESTE ACTO DE VANDALISMO AL GRITO.... PIDEN BARBIJOS....... Y MESAS PARA COMER.... SON DEMASIADAS COSAS.....ES REPUGNANTE..... DEBERIAN ESTAR PRESOS.
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